«Hellmouth»: así se representó la Boca del Infierno

Una gigantesca boca de un gran monstruo engullía a pecadores, impíos y rebeldes durante la Edad Media y el Renacimiento. Sus ecos llegaron hasta nuestros días, a los cabarets parisinos y hasta el primer disco de King Crimson


«Hellmouth» es la entrada al infierno representada como la gran boca de un enorme monstruo, una imagen que aparece por primera vez en el arte anglosajón, y que luego se extendió por toda Europa, siendo frecuente en las representaciones del Juicio Final hasta el final de la Edad Media. Aun así, a veces se utilizó durante el Renacimiento y mucho después. Disfrutó de una época dorada tras los debates y polémicas suscitadas con la reforma protestante, cuando los «enemigos» se mostraban desapareciendo en la boca del monstruo. El teatro medieval, en ocasiones, contaba con un dispositivo mecánico que se utilizaba para intentar asustar a la audiencia a modo de entrada real al infierno. También aparece en las obras de El Greco así como posteriormente en las caricaturas burlescas sobre Napoleón, llegando incluso a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX en algunos cabarets noir de París, como el Cabaret del Infierno. O en el disco de debut de King Crimson In the Court of the Crimson King (An Observation by King Crimson) de 1969.

King Crimson, In the Court of the Crimson King (An Observation by King Crimson) de 1969

King Crimson, In the Court of the Crimson King (An Observation by King Crimson) de 1969

Fachada del Cabaret del Infierno de París, finales del siglo XIX

Fachada del Cabaret del Infierno de París, finales del siglo XIX

El ejemplo más antiguo que se conoce de un monstruo Hellmouth es una talla de marfil del año 800 d. C. en el Victoria and Albert Museum. Schapiro, del mismo modo, afirma que la imagen puede haber sido tomada del mito pagano de Crack of Doom, la boca del monstruo-lobo Fenrir, asesinado por Vidar, quien es un símbolo de Cristo en la Cruz, así como del arte escandinavo durante la asimilación de las poblaciones vikingas cristianizadas en el norte de Inglaterra. Por entonces, la Iglesia permitió el sincretismo, usando imágenes antiguas en el nuevo orden. Y, por supuesto, Cerberus, perteneciente a la mitología griega, el monstruo de varias cabezas que vigila la entrada al inframundo.

Esta selección de imágenes pertenecen a la colección del investigador y archivista Stephen Ellock.