Cuando Nueva York fue ocupada por Félix el gato y Bugs Bunny casi mata a una espectadora
/Los primeros y monumentales desfiles de los grandes almacenes Macy’s resultan sobrecogedores: gigantescas figuras de muñecos y protagonistas de historietas sobrevuelan la ciudad a veces peligrosamente
El momento de mayor apogeo de aquel extraño y multitudinario desfile anual de los grandes almacenes de Macy’s llegó cuando un enorme gato Félix, fabricado por la compañía de Ohio The Goodyear Tire & Rubber, fue dueño del cielo del centro de Nueva York en 1927. Un sobrecogedor gato flotaba haciendo las delicias de una multitud de familias con sus niños que observaban los festejos y las carrozas desde las aceras. Hasta la fecha se habían usado animales vivos, que habían sido traídos del zoológico de Central Park, pero Félix fue un antes y un después. Desde entonces sus promotores competirían para poner en circulación figuras monumentales que recuerdan al famoso muñeco hinchable de la película Cazafantasmas, que avanza furioso en medio de la ciudad.
En aquellos primeros desfiles, como en la película, algunos muñecos hinchables provocaron desastres al desprenderse de sus agarres y volar incontroladamente, chocando contra edificios o cayendo sobre transeúntes, lo que fue evitado, o al menos lo intentaron, midiendo el helio o creando mejores sujeciones. Sin embargo, los accidentes se han sucedido en la historia del desfile, como el de 1997, cuando un inmenso gato hinchable se precipitó contra un poste que cayó sobre una transeúnte, dejándola en coma.
«Félix tuvo una corta vida, o al menos los animales como él, que eran inflados con helio. Llegó el primer globo de Mickey Mouse, al que siguieron el de Dino el Dinosaurio o Cony la Vaquita»
El primer gran desfile anual del Día de Acción de Gracias fue en Newark (Nueva Jersey) en el almacén Bamberger’s, que luego fue trasladado a Nueva York por Macy’s. Sucedió por iniciativa de los propios trabajadores de los almacenes. Aquel día el protagonista fue un elfo (Jolly), que fue nombrado «Rey de los más pequeños» ante 250.000 espectadores. No era el único gran desfile de Acción de Gracias, pero sí el que parece más ¿aterrador? Antes, a comienzos de los años veinte, se había llevado a cabo el primero de los grandes eventos de la mano de Gimble, al que siguieron otros, años más tarde, como el McDonald’s Thanksgiving Parade de Chicago. Las marcas y las multinacionales competían entre sí. Los héroes de las historietas de los niños y niñas estadounidenses aparecían una y otra vez flotando en el cielo.
Félix tuvo una corta vida, o al menos los animales como él, que eran inflados con helio. Llegó el primer globo de Mickey Mouse, al que siguieron el de Dino el Dinosaurio o Cony la Vaquita, y el público ya era de un millón. Pero entonces llegó la guerra, la escasez y las restricciones y el helio o el caucho se vieron afectados, y con ello el desfile.