Cadalso, "el resurreccionista"

Durante siglos todas las iglesias contaban con su particular pequeño cementerio. Como este, en la iglesia de San Sebastián, en la céntrica calle de Atocha de Madrid, donde se enterró a Lope de Vega…


Enterrarse más allá de la iglesia los alejaba de Dios. En la actualidad, donde una vez estuvo su camposanto, existe una hermosa floristería. Justo allí se cuenta que el escritor gaditano José Cadalso, en un arrebato de locura por la muerte de su amada María Ignacia Ibáñez, una noche saltó la valla y desenterró su cadáver, algo que contó en su obra «Noches lúgubres», convirtiéndose así en nuestro gran resurreccionista romántico.

Sigue el rastro de los ladrones de cadáveres a través del único diario real de uno de ellos: Diario de un resurreccionista. Historia secreta e ilustrada de los ladrones de cuerpos y anatomistas.