¡Es un... monstruo! Frankenstein y los nazis


Frankenstein, de la mano del gran Dick Briefer (1915-1980), se unió a los nazis en Prize Comics vol. 4, número 3 (febrero de 1944). Durante la Segunda Guerra Mundial muchos superheóres y personajes de ficción se convirtieron en vengadores sociales, cazanazis o formaron comandos para luchar contra las huestes de Hitler. Briefer, usando el pseudónimo de Frank N. Stein, adaptó la famosa novela de Mary Shelley en diciembre de 1940, en historietas de ocho páginas tituladas New Adventures of Frankenstein, para convertirlo en un (en principio) aliado de los nazis. Briefer aprendió el oficio en el estudio de Will Eisner, el legendario creador de The Spirit, así como trabajó junto a Alex Toth o Bob Kane.

Es un cómic de puro horror que vio la luz en los años dorados de la libertad de creación, justo antes de que las autoridades, asociaciones en defensa de la moralidad y todo tipo de organizaciones católicas presionasen para la censura del medio, en una industria del cómic delirante y brillantísima. Frankenstein, en esta historieta, es la fuerza bruta del monstruo, el sueño último de los nazis, se pone al servicio del totalitarismo. Además, juega con los miedos de la época: el monstruo, en caso de vencer, podría llegar hasta Estados Unidos, y en una de sus historietas lo vemos junto a la Estatua de la Libertad como si fuese King Kong. Sin embargo, como en la novela, el imprevisible monstruo se rebela y ataca a los nazis en otra de sus historietas.