Esas puertas extrañas y misteriosas


Serpientes, leones, perros o gallos presiden muchas casas señoriales, palacetes e iglesias. Sus significados son mágicos y remiten a un auténtico bestiario que pone en sobreaviso al visitante

Las aldabas, es decir, los llamativos llamadores o picaportes que solemos ver en antiguas casas, edificios e iglesias tienen un profundo significado. Las primeras aldabas en la Edad Media consistían en martillitos suspendidos de las hojas de las puertas por la parte exterior. La forma más típica y más antigua es la de argolla o aro, de hierro en las más antiguas, generalmente unida a una cabeza de bronce. Se golpeaba con ellas sobre una cabeza de clavo bastante gorda. Estas aldabas servían además como tiradores y en las puertas de algunas iglesias eran un signo de asilo que se requería asiéndose de dicha anilla. El asilo en las iglesias fue una costumbre legalmente aceptada durante siglos, especialmente en Francia. Las aldabas indicaban que ese templo era también un refugio. También la forma de martillo fue frecuente en las casas particulares. En nuestro país existen numerosas y bellas aldabas en iglesias y casa señoriales, generalmente en forma de argolla o cabeza de león (que representa el conocimiento y la justicia, como los dos leones que  flanquean el trono de Salomón) o de grifo, aunque también muestran una gran influencia árabe, como en la puerta mudéjar de la sacristía de los Cálices en la catedral de Sevilla, donde se exhibe una cabeza de grifo en una estrella.

Las serpientes o lagartos servían para ahuyentar a las malas personas y sus acciones al entrar en la casa. Sin embargo, la serpiente es un símbolo polivalente asociado a las fuerzas de la naturaleza,  la vida, el agua, lo oculto o la inmortalidad, la fecundidad. Las bestias representadas en el llamador, al golpearse contra la puerta, mostraban que el hombre se imponía sobre los animales, las bestias y, en última instancia, las fuerzas malignas. En otros casos, la presencia de falos indicaba que se deseaba atraer la fertilidad a los habitantes de la casa, y algo parecido sucedía con el pez. Las aldabas también mostraban el prestigio de sus moradores, su linaje y posición económicas. Los perros son guardianes protectores, lo mismo que el gallo.