Hansi: la chica que amó la esvástica
/Tras convertirse al cristianismo, cambió el Mein Kampf por la Biblia. Hansi: The Girl Who Loved the Swastika (1973) es uno de los cómics más bizarros de las últimas décadas
«No somos nada… ¡el Reich lo es todo!», proclama una emocionada jovencita llamada Hansi ante la visión espectacular de la Alemania de Hitler. Hansi: The Girl Who Loved the Swastika, publicado en 1973 por la editora fundamentalista cristiana Spider, es uno de los cómics más bizarros que hemos visto en los últimos años.
Narra las aventuras y desventuras de Hansi, una adolescente que se convierte poco a poco en líder de la juventud nazi de una Praga ocupada, llegando a ganar un premio por su rendimiento académico. Es una creyente en el Partido Nacionalsocialista y disfruta de una vida feliz hasta que llegan… las huestes rojas. Hansi es inmediatamente detenida y enviada a un campo de concentración soviético donde una noche todas las mujeres, salvo ella, son rapadas y sometidas a vejaciones.
Sin embargo, consigue escapar y las tropas estadounidenses la llevan a un nuevo campo de internamiento. Pensando que correrá su misma suerte, queda sorprendida al comprobar que es tratada con dignidad y respeto. Es el inicio de una nueva vida. Alemania se derrumba, Hitler se quita la vida. Hansi se enamora y, residiendo en Estados Unidos y viviendo el sueño americano, se convierte en una ferviente católica. Allá donde va lleva su Biblia, su nuevo Mein Kampf. Antes era una heroína de la juventud nazi, pero ahora lo es de los jóvenes cristianos. Su nuevo país es la cuna de la civilización, un pueblo temeroso de Dios basado en sus principios y valores.
Lo cierto es que las peripecias de Hansi están basadas en una historia real, la de Maria Anne Hirschmann, que la narró con todo lujo de detalles en una célebre autobiografía. Sin embargo, aunque se basa, y así lo dice el cómic, en una historia real, es evidente que la narración está maquillada y manipulada. De todos modos, eso era el cometido de los editores, que durante años publicaron títulos que intentaban adoctrinar a los jóvenes a partir de temas de actualidad y atractivos para ellos, como las sectas, los hippies, las drogas, el deportista Tom Landry o la figura de un Johnny Cash reconvertido en heraldo de la cristiandad.
Como siempre sucedía con los títulos de la editorial, en Hansi: The Girl Who Loved the Swastika destaca un brillante ilustrador como Al Hartley, que también coescribía los textos.