La noche en que el IRA decapitó a Lord Nelson
/El estruendo se escuchó a kilómetros. La detonación hizo tambalear el monumento hasta que comenzaron a caer trozos de este, haciéndose añicos, incluida la cabeza del almirante Lord Nelson (victorioso en el mar) que desde 1809 coronaba aquel pilar gigantesco hecho de piedra.
En aquel año, por medio de suscripción popular, los más poderosos británicos y patriotas pagaron hasta 7000 libras, una verdadera fortuna entonces. Se levantó aquel monumento, en Sackville Street (hoy O’Connel Street), Dublín, que muchos calificaron de «insulto» a los irlandeses y de «engendro» estético. Ofendía, desde luego.
Conmemoraba la anexión de Irlanda por parte de Gran Bretaña. Más de un siglo y medio se mantuvo intacta, a pesar de protestas e intentos por derribarlo, hasta que el 8 de marzo de 1966, cuando daban la una y media de la madrugada, el IRA (Ejército Republicano Irlandés) la destruyó. Un comando del grupo armado independentista colocó amonal en sus cimientos y quiso dar por zanjada la discusión.
La conmoción se apoderó de todo el país, pero más aún cuando se supo que diez días más tarde, mientras la cabeza del general era custodiada en una comisaría, un grupo de personas había logrado entrar y robarla. Lord Nelson estaba descabezado.
Rápidamente la policía investigó en locales y grupos radicales, pero sin resultados. La cabeza de Nelson no estaba por ninguna parte… Hasta que apareció en un anticuario de la ciudad, Benny Gray, que al parecer había pagado una buena suma por la pieza. Las autoridades, por supuesto, la reclamaron. Los ladrones eran un grupo de estudiantes nacionalistas, que no dudaron en posar encapuchados frente a la cabeza.
La acción, tanto la voladura como el robo de la cabeza, despertó grandes simpatías entre la población irlandesa y la izquierda inglesa. No hubo víctimas ni tampoco heridos. Únicamente daños materiales. Muchos, nacionalistas y no nacionalistas, veían aquel monumento como excesivo, potencialmente vejatorio e innecesario.