Las reencarnaciones de un viajero cósmico
/Chamán, coleccionista de discos, cineasta, surrealista, antropólogo, ocultista y mil cosas más. Con todos vosotros, el gran Harry Smith
Permanecía en el suelo entre los cadáveres de toda su familia recién asesinada. No podía más que aguantar la respiración y cerrar los ojos tratando de pensar que eso no había ocurrido, pero el cuerpo de su padre, el zar Nicolas II, yacía sobre ella. Todos estaban muertos. Al menos, eso fue lo que creyeron los ejecutores.
«En su pequeña habitación, en las casas de sus amigos, en los almacenes de los museos y en cualquier lugar que no se negase a guardarle alguna de sus innumerables cajas, se acumulaban sus gigantescas colecciones de literatura arcana y esotérica, libros tridimensionales, cartas del Tarot, huevos de pascua, telas de los seminolas, muñecos de cuerda y aviones de papel encontrados en la calle»
Anastasia Nikoláyevna realmente no murió durante la ejecución del último zar de la Rusia Imperial. No solo no murió, sino que se multiplicó en al menos diez mujeres que aseguraban ser Anastasia Nikoláyevna e inventaban historias, unas más verosímiles que otras, de cómo habían sobrevivido a la masacre. Dentro de esta tradición de reencarnados, Harry Smith fue mucho más allá. Él aseguraba, según a quién se dirigiese, ser hijo de Anastasia Nikoláyevna o huérfano del ocultista británico Aleister Crowley en cuya Ordo Templi Orientis estuvo ordenado. Lejos de pertenecer a grandes estirpes, Harry Smith nació en 1923 en Portland en el seno de una familia de teósofos cuyo interés en lo místico sería una constante en su vida y en su obra. Pronto se interesó por la antropología, la música, la pintura y el cine realizando sus primeras grabaciones de música y rituales de los pueblos nativos americanos Kwakiutl, Lummi y Samish con tan solo quince años. Al tiempo que estableció una estrecha relación con los nativos, se metió de lleno en las drogas y la expansión mental. Gracias a su pintura, recibió una beca que usó para mudarse al Chelsea Hotel en 1951. Nueva York era el sitio perfecto para desarrollar sus obsesiones. En su pequeña habitación, en las casas de sus amigos, en los almacenes de los museos y en cualquier lugar que no se negase a guardarle alguna de sus innumerables cajas, se acumulaban sus gigantescas colecciones de literatura arcana y esotérica, libros tridimensionales, cartas del Tarot, huevos de pascua, telas de los seminolas, muñecos de cuerda y aviones de papel encontrados en la calle. Esta última colección, la de aviones de papel, es de las más populares y está compuesta por más de 250 aviones de papel encontrados en las calles de la ciudad durante más de veinte años.
«En sus notas, Smith recordaba qué droga había usado para crear cada una de las películas que componen la colección: para las Numbers 1-5, la heroína; para la Number 6, las anfetaminas; para la Number 7, la cocaína; para las Numbers 8-12, las pastillas y píldoras verdes; para la Number 13, las rosas y para la Number 14, vodka»
Entre 1939 y 1956, Harry Smith realiza su película más conocida, una colección de siete cortometrajes en los que desarrolla técnicas de animación sobre el celuloide increíblemente innovadoras e imaginativas que aún hoy no han sido del todo desveladas. En Early Abstractions Numbers 1-3 las geometrías expresionistas animadas se desarrollan junto a la música frenética de Dizzy Gillespie. Los demás cortometrajes están plagados de símbolos cabalísticos, cartas del tarot o simbología budista. En sus notas, Smith recordaba qué droga había usado para crear cada una de las películas que componen la colección: para las Numbers 1-5, la heroína; para la Number 6, las anfetaminas; para la Number 7, la cocaína; para las Numbers 8-12, las pastillas y píldoras verdes; para la Number 13, las rosas y para la Number 14, vodka.
La leyenda nunca paró de crecer. El suelo de su habitación cedía bajo el peso de sus obras de arte, colecciones y montañas de libros y discos. Desde muy joven acumuló miles de discos de folk americano, canciones populares y otros registros. Se afanó en salvar la mayor cantidad de material de ese tipo cuando los discos de goma-laca estaban siendo reciclados para uso militar en la guerra. Con esos discos, Moe Asch of Folkways Records editó en 1953 la fundamental complicación de tres volúmenes Anthology of American Folk Music, coordinada y anotada por Smith. Esta edición se ha popularizado por haber sido fuente de inspiración para músicos como Bob Dylan, Joan Baez o Jerry Garcia y haber provocado el revival folk de finales de los cincuenta y los sesenta.
Llegó 1970, pero la vida de Smith, que como siempre se desarrollaba en la cuarta dimensión, estaba en otro tiempo. Se obsesionó con la ópera de Kurt Weill y Bertolt Brecht Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny. Trabajó durante más de diez años su transformación cinemática creando lo que sería su obra magna, Mahagonny. «Un análisis matemático de El Gran Vídrio de Marcel Duchamp expresado en Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny de Kurt Weill y Bertolt Brecht». Todos los actores de la película son amigos de Harry Smith, podemos ver a un joven Jonas Mekas, a Allen Ginsberg, a una inocente Patti Smith, etc. La mayor parte de la película está rodada en el Chelsea Hotel. Smith pretendía que su película provocase el mismo efecto que tuvo Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny cuando fue estrenada en Leipzig en 1930 provocando disturbios. Esto nunca ocurrió. Tampoco ocurrió que la película se proyectase tal y como él lo había pensado: con cuatro proyectores de 16 mm. sobre cuatro mesas de billar suspendidas sobre un ring de boxeo. Por su complejidad, la película solo se proyecto seis veces en 1980 en el Anthology Film Archives y fue sobre una única pantalla. Mahagonny ha sido restaurada y se ha proyectado recientemente, de nuevo en el Anthology Film Archives, de nuevo sobre una única pantalla. Algo similar sucede con Heaven and Earth Magic, que se ha editado en blanco y negro cuando, en sus proyecciones, Harry Smith utilizaba filtros sobre la luz de los proyectores para colorear la imagen.
Smith fue más que un iniciado y acabó viviendo como un maestro. Hacia el final de su vida fue el chamán oficial del School of Disembodied Poetics de Jack Kerouac en Boulder, Colorado. En el Naropa Institute, enseñó alquimia, cosmología de los nativos americanos y la racionalidad de lo innominable. Hasta su muerte, la organización de Greatful Dead financió la vida y las expediciones cósmicas y temporales de Smith, quien estuvo lejos, en otros tiempos, y volvió con tesoros de esas tierras ignotas.