Por siempre Divine
/El fotógrafo Antonio López fue el autor de la mejor sesión de fotos de la irrepetible drag queen, la gran persona que encumbró a la fama John Waters
Cuando en el 2011 dos amigos y seguidores del artista Paul Caranicas descubrieron el archivo hasta entonces inédito del fotógrafo puertorriqueño Antonio López, no daban crédito a lo que tenían ante sus ojos. Cientos de polaroids se amontonaban en cajas y cajas que habían quedado sin publicar o pasado de puntilla por revistas como Vogue, entre otras, con la que colaboró López.
«López fue quien mejoró el espíritu iconoclasta de la gran Divine, en esta sesión fotográfica en la que Divine posa divina y excesivamente»
Su legado visual es el testimonio de una época irrepetible: la locura desatada en los setenta con la llegada de la música disco, el cine underground de John Waters y su séquito de personajes singulares, travesties y gays, cantantes y artistas de variedades, transformistas. Pero entre todos ellos destacó uno, que desde entonces John Waters no dudó en citar una y mil veces como su amiga del alma, alguien que podía aglutinar una fuerza inusitada por la vida y el amor por el exceso: Harris Glenn Milstead, más conocido por su nombre artístico Divine (Baltimore, 19 de octubre de 1945 - Los Ángeles, 7 de marzo de 1988).
López siempre había tomado la noche y los clubs como su fuente de inspiración, primero en el París de los setenta, viviendo en un apartamento en San Germain y literalmente viviendo por y para la noche. Al mismo tiempo, sus glamurosas ilustraciones llenaron portadas de Elle, Vanity, Harper’s Bazaar o The New York Times. Posteriormente, se trasladó a Nueva York, donde conoció a Warhol y su círculo de amigos y amigas. En 1978 decide hacer una sesión de fotos a Divine, convertida ya en todo un icono como la drag queen más célebre e hilarante tras su interpretación en Pink Flamingos, dirigida por Waters, y su papel como Babs Johnson. Grace Jones, Jerry Hall o Karl Lagerfeld fueron fotografiados por él, transformado en el fotógrafo de moda con su inseparable Kodak Instamatic. López fue quien mejoró el espíritu iconoclasta de la gran Divine, en esta sesión fotográfica en la que Divine posa divina y excesivamente.