Thor, auge y caída del dios del trueno y del heavy metal
/Pulverizaba ladrillos con sus puños de hierro, levantaba grandes bloques de hormigón con ayuda de sus brazos y desafiaba lo imposible. Era Thor, el invencible, el único, el «hombre más fuerte del mundo», la personificación del Conan bárbaro. Thor (en realidad Jon Mikl Thor), era canadiense y había nacido en 1955. Tras triunfar en su país como deportista de los músculos y el exceso, se convirtió en una celebridad internacional, lo que aprovechó para impulsar su otra gran carrera como cantante de heavy metal.
Eran los últimos años de la década de los setenta y primeros ochenta y en todo el mundo el hard rock y heavy metal (la legendaria hornada de bandas británicas de metal genuino que se conoció como «new wave of british heavy metal») reinaban como el siguiente paso de una industria que había abrazado y, posteriormente, abandonado la música disco, el rock progresivo y el punk. Thor, que había comenzado a cantar en 1973 como un subproducto del glitter rock, montó su propia compañía de discos, llamada acertadamente God of Thunder Productions, con la que publicó uno de sus primeros trabajos, Keep the dogs away.
Su imagen era un cruce entre Manowar, Venom y el Ivan Drago de Rocky, saliendo a escena exhibiendo carne y testosterona a raudales, gritando que exigía el primer puesto entre los más musculosos y poderosos. Sus shows, entre los que se contó uno en la sala Marquee de Londres, eran pura diversión. Lo llamaron «el legendario guerrero del rock». Thor, por entonces, estaba en lo más alto y dio el salto al cine, participando en varias películas como Recruits (1986), Zombie Nightmare (1987), Rock ’n’ Roll Nightmare (1987) o FUBAR (2002).
Pero luego llegó la decadencia. El título de uno de sus últimos trabajos, Devastation of musculation (2006), en aquellas horas bajas, clama por la vieja gloria, ahora esfumada.
Sin embargo, hace unos pocos años, Thor reapareció cuando todos lo consideraban retirado del negocio, y lo hizo con un espectáculo de variedades, una gira en festivales de heavy metal y una ¡ópera rock!, Thor: The Rock Opera. El «guerrero del rock» volvía a reinar, algo que demuestra el reciente documental I Am Thor (Ryan Wise, 2015), que lo reivindica como figura entrañable, divertida y extrema del imaginario del heavy metal.
Fue autor de algunos de los peores videos musicales de la historia del rock, protagonizó uno de los mejores momentos de la historia del heavy metal cuando parodió un enfrentamiento con otro de sus héroes, Cronos, miembro de Venom, y ofició bodas entre sus fans como maestro de ceremonias empuñando su inseparable e imponente martillo del Dios del trueno nórdico.