Un Bosco de la «fantaciencia»


Urania, una de las grandes revistas de ciencia ficción, encumbró al gran Karel Thole, que ilustró como ninguno a H. P. Lovecraft y el horror cósmico

En el principio, fue la «fantascienza», maravillosa palabra de origen italiano creada en los cincuenta por Giorgio Monicelli, hermano del director de cine Mario Monicelli. La palabra era perfecta para explicar un mundo a medio camino entre la pura fantasía y la divulgación científica y en el que entraba casi todo: viajes espaciales, extrañas teorías sobre la vida en el espacio, criaturas extraterrestres, invasiones alienígenas y archivillanos. Urania, al mismo tiempo, fue el planeta inexistente o la última frontera de lo imposible. También fue una famosa revista que reinó en Italia, al menos entre las revistas de ciencia ficción. Sus relatos breves resultaban divertidos e interesantes, pero sobre todo su diseño e ilustraciones eran espectaculares. En su momento llegó a poner en circulación y vender nada más y nada menos que 160.000 ejemplares, publicada en 1952 por un hoy conocidísimo nombre, Arnoldo Mondadori. Los ejemplares eran devorados por un público ávido de marcianos, viajes espaciales y mundos desconocidos. Inicialmente se llamó Urania’s novels y fue una de las primeras publicaciones italianas que dio salida a material de autores como Isaac Asimov, Alfred Elton van Vogt, Robert A. Heinlein, J. G. Ballard, Philip K. Dick y una larguísima lista, mientras los autores nacionales eran ninguneados y aparecían de forma anónima, como fantasmas ante los nombres de los grandes artistas y escritores. Pronto, la «fantascienza» se impuso e hizo popular. Lo que nos ha maravillado de Urania son sus portadas, presididas por ilustraciones impresionantes, muy influenciadas por el surrealismo, y que en sus primera etapa fueron obra de Carlo Jacono y Kurt Caesar, para luego caer en manos del pintor holandés Karel Thole, que las hizo famosas. Thole jugaba no solo con la estética e ideas del surrealismo sino con lo bizarro y marginal, con el humor. También hicieron portadas un español, el barcelonés Vicente Segrelles (de 1988 a 1991), autor de la serie El Mercenario para Cimoc, y el argentino Oscar Chichoni (durante los noventa). Actualmente se encarga Franco Brambilla.

Thole, que inspirará a numerosos artistas con su horror cósmico (ilustró portada de obras de H. P. Lovecraft), nació en Bussum, Holanda, en 1914, y estudió en una escuela de arte de Ámsterdam. En los cincuenta, él y su familia se trasladaron a Italia y pronto entró en contacto con una red de artistas y editores especializados en ciencia ficción. Sus obras también se publicaron en Estados Unidos. Muchos han dicho de él que fue El Bosco de la ciencia ficción y la morbidez. Hoy es considerado uno de los más legendarios artistas del género.