Una conferencia sobre Proust en un campo de concentración
/En Polonia, Joseph Czapski había alcanzado fama como uno de los principales líderes del kapismo, un movimiento formado por pintores que rechazaron la pintura clásica polaca y abrazaron la vanguardia, llegando a exponer en París. Pero la llegada de la guerra acabó con aquella cohesión. Enrolado en el ejército polaco, escapó de las atrocidades cometidas en Katyn, en 1940, pero poco después terminó en un campo deconcentración, un gulag del que pocos lograrían salir con vida. Él fue uno de aquellos afortunados.
Sus recuerdos se plasmaron en unas memorias escalofriantes, donde cuenta algo insólito. Allí, en Griazowietz, mientras resistían el paso del tiempo y veía como poco a poco sus compañeros caían muertos por las numerosas enfermedades, el hambre, los penosos trabajos forzosos o la brutalidad de los soldados que los vigilaban, Czapski decidió que llevaría sus héroes de la literatura y el arte al interior de las alambradas. Por eso, se las ingenió para organizar e impartir conferencias sobre Proust, algo que dejó constancia en unas pequeñas notas manuscritas que sobrevivieron a aquel cruel tiempo y que luego mostró orgulloso, como una manera de resistir a la desaparición del yo, la aniquilación de lo que nos hace únicos, la fortaleza indómita y secreta.
De memoria, sin apuntes en los que apoyarse, habló durante horas de las ideas de Proust y sus teorías.