La arquitectura fascista y el sueño de una fúnebre miniciudad

Los sueños arquitectónicos, ideados en plena Guerra Civil, en 1940, por el arquitecto filofascista Luis Moya, nos han sobrecogido. Fijáos: planteó levantar en Madrid un inmenso Arco del Triunfo, que sería el que diera acceso a todo la ciudad funeraria, situado en una enorme avenida llena de monumentos y edificios administrativos. El arco tendría dos caras diferentes. Una de ellas sería un monumento a la Bandera. En el centro de la misma se encontraría la escultura de Santiago Apóstol, patrón de España. La otra, en cambio, habla del resurgimiento del país. Para ello tira de una imagen casi bíblica: dos hombres plantan un árbol. La relación con los muertos se daría en todo el espacio que ocuparía esta obra, puesto que la misma se ubicaría en el antiguo cementerio de San Martín. Se trata de un lugar elevado en la capital, y el monumento central se podría ver desde cualquier punto de la ciudad. 

Pero la exaltación fúnebre se daría, especialmente, en el monumento central del conjunto: una pirámide, considerada por Luis Moya un elemento característico de la arquitectura española. La pirámide sería un monumento en el que se alojarían diversas estatuas de los caídos en la Guerra, y un sepulcro al «Héroe único», que posiblemente reservara el arquitecto para José Antonio Primo de Rivera. Una planta más arriba, sobre este sepulcro, se erigiría un colosal monumento, una gran tela portada por ángeles que, a modo de llama de fuego que se eleva, representaría la Pasión de Cristo.

Posiblemente estemos ante lo que sería el Valle de los Caídos, el conjunto serviría para esa exaltación a los caídos. Os dejo con algunas imágenes del proyecto nunca realizado: la Pirámide, el Arco del Triunfo, La Pasión de Cristo y la sala interior.