50 años del Woodstock argentino que la dictadura prohibió... dos veces

Los informes de la policía bonaerense que criminalizaban a los jóvenes y al rock, provocaron que un festival de tres días con los mejores grupos del país fuera prohibido por la dictadura… dos veces.

En 1970 y siguiendo la estela de los grandes festivales como Monterrey Pop (1967), el de la Isla de Wight (1968) y el de Woodstock (1969), los jóvenes argentinos quisieron disfrutar de su propio evento de rock con grupos nacionales. Organizado por el locutor radiofónico Edgardo Suárez, el Primer Festival de Música Joven iba a ser un fin de semana repleto de actuaciones y actividades culturales en un lugar paradisiaco como la laguna de Lobos, en la provincia de Buenos Aires. En dicho encuentro actuaría lo mejor del rock argentino del momento y tal vez de la historia del país. Grupos como Los Gatos, Manal, La barra de chocolate, Miguel Abuelo, La cofradía de la flor solar e incluso Almendra antes de su disolución.

LOBOSARGENTINA5.jpg

Sin embargo, en plena dictadura de Juan Carlos Onganía, presidente de la República después del golpe de Estado de 1966 contra el presidente constitucional Arturo Illia, las autoridades no estaban nada receptivas a expresiones como el rock ni a eventos masivos protagonizados por jóvenes. Aún estaba reciente el Cordobazo, levantamiento popular protagonizado por Agustín Tosco líder del sindicato Luz y Fuerza que, durante varias jornadas, tuvo en jaque al gobierno de Onganía, que no dudó en reprimir duramente. El Cordobazo se saldó con casi doscientos heridos, más de trescientas personas detenidas, un centenar de ellas sometidas a consejo de guerra. A ese clima de protesta social y política se sumó, en mayo de 1970, la primera acción de la organización guerrillera Montoneros, que secuestró en su propio domicilio al exdictador Pedro Eugenio Aramburu. Tras someterlo a un juicio popular por su participación en el golpe de Estado de 1955 y los fusilamientos de José León Suárez, el expresidente de facto fue ejecutado el 1 de junio de 1970.

Enfrentamientos entre la policía y ciudadanos cordobeses durante El Cordobazo de 1966.

Enfrentamientos entre la policía y ciudadanos cordobeses durante El Cordobazo de 1966.

Una época convulsa

La situación política y social estaba tan enrarecida, que la fecha solicitada inicialmente para celebrar el Primer Festival de Música Joven en el mes de junio de 1970 fue desestimada. Cuando se pidió una segunda para el mes de septiembre de ese año, la dictadura puso a trabajar a la policía bonaerense con objeto de averiguar quién estaba detrás de ese evento y cuáles eran los objetivos que se querían conseguir con él. Unas pesquisas que se volcaron en varios informes que, gracias a la política de recuperación de la Memoria y reparación de lo sucedido en los diferentes periodos dictatoriales de Argentina, fueron publicados en 2015 por la Comisión Provincial por la Memoria.

La policía afirmaba que el festival «sería usado como centro de fumadores de “hierba” y para poder “hacer viajes con la pastilla”», en referencia al LSD.

Edgar Suárez en Lobos, tras la suspensión de la segunda fecha del Primer Festival de Música Joven

Edgar Suárez en Lobos, tras la suspensión de la segunda fecha del Primer Festival de Música Joven

En lo que respecta a Edgardo Suárez, la policía afirmaba en esos informes que «su conducta es muy discutida, ya que circulan en el ambiente artístico rumores que es afecto a las “drogas”. Asimismo se tiene entendido de que sería de ideario “marxista”, no contándose con antecedentes al respecto». Sobre el festival se afirmaba que «sería usado como centro de fumadores de “hierba” (canabis) y para poder “hacer viajes con la pastilla”», en referencia al posible empleo de LSD por parte de los asistentes.

Esa situación llevó a los agentes a pedir que «se considera de absoluta necesidad instalar un Comando en el Paraje (...) ya que, debido a la clase de personas que concurrirán a éste (“hippies”), podrían producirse situaciones de roce». Unos problemas que, según las autoridades, solo se producirían entre los asistentes, pues el acceso al festival se hará sin pasar por el centro urbano de Lobos, por lo que «no va a haber prácticamente contacto entre población y hippies».

El grupo Manal.

El grupo Manal.

Según la revista Siete Días, el festival era «una maniobra comercial destinada a crear las condiciones de mercado necesarias para el lanzamiento de un nuevo producto: la marihuana».

A pesar de que los informes policiales no concluían que el festival fuera verdaderamente problemático, el intendente de Lobos prefirió no correr riesgos y, dos días antes del evento, lo prohibió por segunda vez. Esta decisión de última hora provocó que algunos despistados se llegasen hasta el lugar con sus tiendas de campaña en la fecha señalada, lo que fue aprovechado por la revista Siete Días para entrevistarlos y retratarlos.

Según dicha publicación, ese encuentro espontáneo fue para algunos «la mayor expresión de autenticidad que brindaron los jóvenes argentinos en la última década. Para otros, en cambio, se trató de una maniobra comercial destinada a crear las condiciones de mercado necesarias para el lanzamiento de un nuevo producto: la marihuana». Tras semejante afirmación, la revista arremetía contra Edgardo Suárez y su propuesta de Festival: «La mayoría coincidió en afirmar, simplemente, que el baqueteado asunto de Lobos —el segundo fracaso del discjockey Edgardo Suárez en su intentona de realizar en esa localidad bonaerense un festival gigante de música beat— no fue más que un picnic superpromocionado».

Reportaje de la revista Siete Días sobre los jóvenes que se acercaron a Lobos tras la suspensión de la segunda fecha del Primer Festival de Música Joven.

Reportaje de la revista Siete Días sobre los jóvenes que se acercaron a Lobos tras la suspensión de la segunda fecha del Primer Festival de Música Joven.

Tampoco faltaban las críticas a los alrededor de mil quinientos asistentes que acudieron al lugar esperando que se celebrase el prometido concierto. De ellos la revista Siete Días decía que tenían una «edad promedio era de 18 años; había un 70 por ciento de varones y un 30 por ciento de chicas; muy pocos supieron explicar en detalle por qué habían ido a Lobos —casi todos se limitaron a respuestas generales tales como "porque venía un amigo", "porque me gusta", "porque me derrito por la música"—; prácticamente ninguno pudo definir con precisión qué es un hippie, y muy pocos admitieron haber probado drogas. En contraste, hubo unanimidad para responder que los padres no los entendían y que las relaciones con ellos eran muy difíciles».

Jóvenes en Lobos esperando que se celebre el Primer Festival de Música Joven que había sido suspendido por las autoridades.

Jóvenes en Lobos esperando que se celebre el Primer Festival de Música Joven que había sido suspendido por las autoridades.

Por último, también tenían cabida en el reportaje de Siete Días las reacciones de los habitantes de Lobos que se habían acercado a ver qué sucedía en la laguna: «entre los vecinos que husmearon por las carpas no faltaron quienes imaginaron truculentos episodios: "Mirá, mirá —le decía una rechoncha señora a su distraído marido—: esa chica camina como borracha y tiene la mirada perdida y vidriosa, para mí que se drogó". Un poco más serio que esa sospecha, un rumor preocupó a los vecinos: se afirmaba que algunas personas estaban repartiendo gratuitamente marihuana para iniciar a los jóvenes en la práctica de fumar y obtener así nuevos clientes».

El grupo Los Gatos.

El grupo Los Gatos.

A la tercera…

Los dos fracasos anteriores de Edgar Suárez hicieron que el locutor programase una tercera fecha, pero modificando casi por completo el espíritu del festival. Para empezar, ya no sería en Lobos, ni en un paraje natural, sino en la localidad de La Plata y en el Atenas, un simple gimnasio de la ciudad.

Para entonces, el editor de la revista Pelo, con patrocinio de empresas como Coca-Cola y el visto bueno de las autoridades argentinas, había puesto en marcha Festival de la Música Progresiva de Buenos Aires, conocido posteriormente como Buenos Aires Rock A lo largo de  cinco jornadas no consecutivas, dicho festival presentó también a algunos de los mejores grupos del país y capitalizó tanto el público como la atención mediática, en detrimento de Primer Festival de Música Joven de Edgardo Suárez.

Imagen del Festival de la Música Progresiva de Buenos Aires, posteriormente Buenos Aires Rock, que eclipsó al Primer Festival de Música Joven.

Imagen del Festival de la Música Progresiva de Buenos Aires, posteriormente Buenos Aires Rock, que eclipsó al Primer Festival de Música Joven.

A pesar de todo, Edgar Suárez siguió adelante y, como era de esperar, la policía tampoco quiso perdérselo. Según uno de los informes publicados por la Comisión Provincial por la Memoria citado por el periódico Página 12, al festival de La Plata apenas acudieron «450 personas, en su mayoría con vestimentas extrañas y cabellera muy larga» que, según las autoridades, fueron «contratados y traídos desde la Capital Federal». Un público que, tal y como se recogió en el informe policial, profería «gritos de histeria» y parecía «bajo el efecto de estimulantes», aunque «no fue posible observar drogas u otro tipo de estupefacientes, solamente algunos hippies sentados en el suelo, tomando bebidas alcohólicas». En definitiva, un informe delirante como todos los relacionados con el «Woodstock argentino», que recuerda a los vídeos educativos del programa Peter Capusotto y sus videos, aunque sus consecuencias fueron mucho menos divertidas.