La Anarquía explicada a los niños
/En 1931, el pedagogo José Antonio Emmanuel publicó un librito para explicar a los niños qué era la Anarquía y orientar a los padres que querían educar a sus hijos en los ideales libertarios.
«A los hijos del proletariado español». Así comienza La Anarquía explicada a los niños, un opúsculo firmado por José Antonio Emmanuel en 1931 y que acaba de ser reeditado en España por Libros de Zorro Rojo, con ilustraciones de Fábrica de Estampas y notas de Piu Martínez.
José Antonio Emmanuel era uno de los seudónimos utilizados por José Ruiz Rodríguez, primo del pintor Pablo Ruiz Picasso y seguidor de Ferrer i Guàrdia. Pedagogo, filántropo y divulgador de las ideas libertarias, Ruiz Rodríguez fundó la Biblioteca Anarquista Internacional (BAI). En esa editorial publicó una decena de títulos que abordaban de forma sencilla y a precios asequibles, apenas 20 céntimos en una época en la que el jornal medio era de 7 pesetas, temas como la acción sindical, la organización del proletariado y, como el caso que nos ocupa, La Anarquía explicada a los niños.
No era la primera vez que Ruiz Rodríguez abordaba el tema de la educación desde el punto de vista libertario aunque nunca de forma tan explícita. El 4 de diciembre de 1902 y con el título La educación del hijo, el autor publicó en La Vanguardia un artículo dedicado a los padres en el que abogaba por el respeto a la infancia, a sus necesidades e invitaba a reflexionar sobre lo peligroso que era obligar a los niños a seguir una determinada carrera o formación al gusto de sus progenitores, cuando sus capacidades o sus intereses eran otros totalmente diferentes. «El número de malos estudiantes disminuiría mucho, si los dejaran con su vocación», aseguraba Ruiz Rodríguez, que concluía con la siguiente reflexión: «No te entristezcas al verlo zapatero, albañil o comerciante; ni te apenes por las vicisitudes que le ocurran en su oficio; si tienes la conciencia tranquila de haber obrado bien, serás si más feliz de los mortales».
Aunque el texto rezumaba pensamiento anarquista, el periódico en el que fue publicado y el perfil de sus lectores, aconsejaban que Ruiz Rodríguez fuera prudente y comedido en el planteamiento del tema. De hecho, unos años después, durante la dictadura de Primo de Ribera de 1923, su adscripción anarquista le provocaría no pocos problemas con las autoridades, lo que le obligó a firmar sus escritos más políticos con seudónimos como Max Bembo.
Casi tres décadas más tarde de la publicación de ese artículo en La Vanguardia, Ruiz Rodríguez retomó el tema de la educación aunque, esta vez, lejos de tener que disimular el enfoque libertario, dejaba claro que lo que pretendía era explicar la Anarquía a los niños, e invitar a los padres y maestros a que propagasen «las sanas doctrinas de una educación donde se destierre todo fanatismo y se aspire a libertar a la infancia de la nefanda opresión que sobre ella se ejerce».
Anarquía para niños, sin infatilismos
El libro comienza explicando a los más pequeños que «la Anarquía es una doctrina política que, no contenta con la organización que se ha impreso a la humanidad desde que surgió la sociedad», defiende una vida basada en el amor universal, la solidaridad humana y el cese de esa desigualdad entre los seres. que los divide en pobres y ricos, explotados y explotadores.
A continuación, y antes de entrar a detallar las herramientas que el pensamiento libertario tiene para conseguir sus objetivos, José Antonio Emmanuel/José Ruiz Rodríguez explica cuáles son los poderes que fomentan esa explotación del hombre por el hombre y el atraso de la clase proletaria. Además, lo hace de forma clara y sin ambages: el militarismo, el clericalismo y el capitalismo.
Si bien el lenguaje que se emplea puede resultar un tanto complicado para un niño, Emmanuel/Ruiz Rodríguez describe de manera meridiana cómo el clero infunde el terror y la superstición entre la población, cómo el capitalismo explota al trabajador, cómo el militarismo reprime y de qué modo esos tres poderes se ayudan entre sí para perpetuarse en el poder. Para combatirlos, los trabajadores tienen en sus manos la Escuela, el Sindicato y el Ateneo libertario o, en otras palabras, el apoyo mutuo y la educación. Como aconseja Emmanuel/Ruiz Rodríguez, «instrúyete, edúcate: Esta es la única herencia que debes dejar en la vida». De hecho, para animar a los niños a formarse, el autor recomienda tres lecturas que no pueden faltar en la biblioteca a partir de los 12 años: El dolor universal de Sebastian Faure, La conquista del pan de Pedro Kropotkine (sic) y La montaña de Eliseo Reclus
La siguiente parte del libro y sin duda la más hermosa por las ilustraciones que acompañan a los textos, es una serie de postulados ácratas que deben seguir los niños para «hacerse dignos de la Anarquía y dignificar su vida». Entre ellos están Ayuda, Apoya, Copia lo bello, Ama, Protege, Trabaja, Estudia y tal vez el más llamativo: No tengas esclavos.
«Aspira a ser libre y que las ansias de tu libertad abrase a todos. No esclavices a nadie. Ni pájaros, ni ningún ser viviente puedes encerrarlo impunemente. Abre las puertas de todas las jaulas, lima las rejas de todas las cárceles, donde –como el pájaro enjaulado– seres humanos sufren y padecen. Sé libre y haz libres. contigo, a los demás. […] Ni tengas esclavos, ni te conviertas en esclavo», escribe Emmanuel.
Desde su publicación, La Anarquía explicada a los niños ha sido reeditada en diferentes ocasiones con distintos acabados e ilustraciones. También ha servido de base a adaptaciones que han buscado adecuar las ideas de Emmanuel/Ruiz Rodríguez a la realidad actual. Ejemplo de ello es la de la editorial chilena EDA que prescinde de cualquier información del autor original, elimina la introducción para sintetizar qué es la Anarquía en unos breves conceptos y actualiza los preceptos anarquistas de aquella manera, incorporando a la lista original otros como No mates, Juega, Come saludable y No te drogues.