Los Loud, la familia destruida por el primer reality show de la televisión

En 1973 se estrenó en la televisión estadounidense An American Family, el primer reality show de la historia de la televisión que, de la noche a la mañana, convirtió a sus protagonistas en estrellas y después los destruyó.

El 30 de mayo de 1971 comenzó en Santa Bárbara, California, el rodaje de An American Family, una idea del productor Craig Gilbert, que pasaría a la historia de la televisión por ser el primer reality show grabado en el mundo.

Financiada por la Fundación Ford y la Corporation for Public Broadcasting, el programa estaba concebido como un verdadero experimento sociológico que documentaría la vida de cuatro familias estadounidenses procedentes del norte, el sur y las costas este y oeste del país. A cada uno de esos cuatro hogares irían otros tantos equipos de televisión que rodarían su día a día desde que se levantasen hasta que se fueran a dormir.

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Sin embargo, el excesivo coste del proyecto, más de un millón doscientos mil dólares (alrededor de un millón de euros) por cada una de las familias, hizo que el programa tuviera que limitarse a los Loud, una familia californiana que, durante siete meses, fue seguida por un reducido equipo de cámara y sonido que impresionó más de trescientas horas de película de 16 milímetros. Todo ese metraje se acabaría transformando en doce capítulos de una hora de duración, que se estrenaron en la Public Broadcasting Service el 11 de enero de 1973 a las 21 horas, horario de máxima audiencia, haciendo así historia de la televisión.

Con ustedes… los Loud

Cuando Craig Gilbert se planteó hacer An American Family se fijó como objetivo mostrar la vida cotidiana de una familia estadounidense real, alejada de los estereotipos que transmitían las series de televisión de la época como The Brady Bunch, Embrujada o Peyrton Place. A pesar de esta idea inicial, lo cierto es que los Loud parecían salidos de una superproducción de Hollywood. Tenían una casa en propiedad, varios automóviles y una solvencia económica que permitía que vivieran holgadamente los siete miembros de la familia, formada por:

William «Bill» C. Loud. El cabeza de familia, que contaba 50 años cuando se rodó la serie y 52 cuando se emitió, era un empresario de cierto éxito que solía viajar a menudo debido a sus negocios y pasar temporadas lejos de casa.

Pat Loud. La madre de la familia, de 44 años, era una ama de casa que dedicaba su vida a su esposo, a sus hijos y a su vida social.

Lance Loud. El hijo mayor de la familia, de 19 años, tenía un grupo de música, era actor y vivía en Nueva York, ciudad en la que intentaba abrirse camino en el mundo del espectáculo.

Delilah Loud. La hija mayor del matrimonio era una estudiante de 17 años a la que le gustaba la danza.

Grant Loud. El tercer hijo de la familia, de 16 años, quería dedicarse al mundo de la música.

Kevin Loud: Cuarto hijo de los Loud que, a sus 15 años años, quería dedicarse a los negocios como su padre.

Michele Loud: La hija pequeña del matrimonio. Tenía 13 años de edad en 1971, iba al colegio y practicaba danza como su hermana Delilah.

Aunque ahora pueda parecer normal debido a la proliferación de dispositivos de grabación incluidos en aparatos tan cotidianos como un teléfono móvil, en 1971, que un equipo de televisión, por muy reducido que fuera, entrase en una casa y rodase el día a día de una familia, era algo totalmente inusual. Esto provocó que los Loud no consiguieran olvidarse de la presencia de la cámara, lo que hizo que en ocasiones se mostrasen cautos para no exponerse demasiado y en otras resultasen histriónicos para dar rienda suelta a sus egos.

Según relató Pat Loud posteriormente, «era imposible olvidarte de la cámara. Instintivamente todo el mundo quería aparecer lo mejor posible y mantenerse activo, alegre y entusiasta. Luego, fuera de esos momentos, tenías ratos en los que no pasaba nada y en los que hibernabas hasta el siguiente momento de actividad. No eras consciente de cuántos de esos ratos vacíos tenías hasta que te descubrías haciendo todo lo posible para rellenarlos, sin darte cuenta de que esos huecos eran necesarios para descansar como lo es el sueño REM».

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A pesar de ser conscientes de que les estaban rodando, los Loud no fueron capaces de controlar sus vidas y su imagen tanto como hubieran deseado. La primera cuestión imprevista a la que se enfrentaron fue que Lance Loud, el hijo mayor, lejos de ocultar su opción sexual, se mostró abiertamente gay convirtiéndose en el primer personaje que salió del armario en un programa de televisión.

La decisión de Lance no sentó igual de bien a todos los miembros de la familia. Aunque todos lo sabían y lo tenían normalizado, Pat se mostró incómoda por tener que mostrar una realidad que no necesariamente quería compartir con todo el país. A pesar de ello, en el segundo de los capítulos viajaba a Nueva York para ver cómo vivía su hijo, conocer a sus amigos y pasar unos días en el ambiente gay de la ciudad.

Sin embargo, no sería esa la única vez en que los Loud fueran incapaces de controlar sus vidas y la imagen que proyectaban al público desde la pequeña pantalla. A mitad del rodaje, harta de las continuas infidelidades de su esposo, Pat Loud decidió pedir el divorcio y echarle de casa. El giro de guion fue tan impactante, que parte del público sospechó que Craig Gilbert sabía, cuando seleccionó a los Loud, que su matrimonio pasaba por una crisis. El productor, sin embargo, siempre lo negó.

Los doce episodios

Además de en su emisión original en 1973, a lo largo de estas cuatro décadas An American Family se ha repuesto en varias ocasiones en Estados Unidos. A veces de forma seriada, en otras en maratones que emitían todos los capítulos de una tacada e incluso en una versión reducida en forma de largometraje. No obstante, nunca ha sido editada en DVD, lo que ha aumentado su carácter de serie de culto y ha impedido que pueda ser vista en otros países. Aunque en Youtube hay algunos extractos, es muy complicado conseguir todos los episodios, que son los siguientes:

Episodio 1: La serie comienza por el final. El primero de los capítulos muestra a la familia deshecha, con el padre pasando la Nochevieja solo en una sala de fiestas, mientras que Pat y los niños celebran esa misma fecha en la casa familiar. A continuación, la serie se remonta meses atrás, cuando comenzó el rodaje y los Loud eran una familia ¿feliz?

Episodio 2: Pat Loud decide ir a visitar a Lance a Nueva York. Allí conocerá la vida que lleva su hijo mayor en la Gran Manzana. Juntos asistirán a una exposición de Andy Warhol, a una función del musical No, no Nanette –famoso por incluir el tema que se convertiría en un standard de jazz Tea for two– y conocerá a los amigos de Lance, algunos de los cuales visten habitualmente de mujer.

Episodio 3: Después de tanta salida y tanta fiesta, de regreso a California, Pat pasa por Baltimore para encargarse de un asunto de negocios de su esposo Bill. Además, Delilah y Michele actúan en un festival de danza escolar.

Episodio 4: Lance se muda de apartamento en Nueva York y se plantea viajar a Europa con un grupo de teatro. Por su parte, Pat, que todavía está asimilando lo que ha sucedido durante la visita a su hijo, va a casa de su madre y juntas recuerdan situaciones pasadas de la familia.

Episodio 5: Los Loud realizan actividades cotidianas y más acordes con las convenciones de la época que la vida que lleva Lance en el Nueva York salvaje de principios de los 70. De este modo, Pat se va a Nuevo México con sus hijas Michele, Delilah y una amiga de esta, mientras que Bill se encarga de los chicos: a Grant, que es un poco cabeza loca, le consigue un trabajo en una obra y Kevin, que quiere seguir los pasos de su padre, es enviado en un viaje de negocios a Europa y Asia.

Episodio 6: Como en cualquier familia, los Loud tienen discusiones. En este capítulo se muestran sus diferencias sobre la manera de administrar el dinero y la educación de los hijos.

Episodio 7: Grant sufre un accidente con el coche familiar. El hecho hubiera preocupado a sus padres si no fuera porque la mala relación entre ellos hace que se empiecen a plantear la posibilidad de separarse.

Episodio 8: La separación es casi un hecho. Mientras que Bill está en viaje de negocios, Pat decide poner en marcha el proceso de divorcio.

Episodo 9: Cuando el padre regresa de viaje, Pat le pide que abandone la casa.

Episodio 10: Kevin regresa a la casa familiar después de su viaje por el extranjero y se encuentra todo el pastel. Su padre se ha mudado a un apartamento y Lance sigue su viaje por Europa con el grupo de teatro.

Episodio 11: Lance regresa de Europa y va a visitar a su familia para celebrar juntos el 45 cumpleaños de Pat.

Episodio 12: Pat y Bill están ya en el proceso de divorcio. Se suceden las discusiones sobre la pensión de alimentos y, cada uno por su lado, reflexionan sobre la separación. Fin de la serie.

Durante doce semanas, más de diez millones de espectadores fueron testigos de la intimidad de los Loud que, a partir de ese momento dejaron de ser una familia estadounidense anónima para convertirse en una de las sagas más populares de Estados Unidos, con permiso de los Kennedy.

«La televisión se comió a mi familia»

La repercusión mediática de An American Family fue abrumadora y pilló por sorpresa a todos los implicados, especialmente a la familia. Los Loud protagonizaron una portada de Newsweek con su correspondiente reportaje, acudieron a programas de televisión, fueron entrevistados en espacios familiares, en late night shows, sirvieron de material para tertulianos, columnistas, fueron objeto de ensayos antropológicos y tesis doctorales pero, como afirmaría Lance Loud, lo que realmente sucedió es que fueron devorados por la televisión.

Ya desde el rodaje de la serie su vida dejó de ser la misma. Si bien la televisión no fue la culpable de la separación de los padres, tal vez aceleró la decisión o fue un catalizador para que se produjera. En todo caso, tras la emisión, todos los miembros de la familia se mostraron descontentos con la imagen que se daba de ellos en la serie. En algunas entrevistas se quejaron de que los productores eligieron las partes más dramáticas y que solo se centraron en el divorcio y en la homosexualidad de Lance como si el resto de los hijos no existieran. En otras ocasiones reconocieron sentirse incómodos al verse en pantalla y pensaban que la imagen que proyectaban era la de individuos planos y simplones

El único que sacó cierto rédito del programa fue Lance. El joven, que se había mostrado sincero a la hora de mostrar su condición sexual, se convirtió en un referente para la comunidad gay, especialmente para otros jóvenes que no se atrevían a salir del armario. Ademas, pudo desarrollar su carrera artística como actor, como cantante de Mumps, grupo con el que llegó a grabar varios singles –uno de ellos en el estudio de Brian Wilson en California– y se convirtió en una celebrity que llegó a codearse con otros famosos del Nueva York salvaje de los 70. Posteriormente, sin embargo, se haría adicto a las drogas y quedaría devastado física y emocionalmente.

A pesar del impacto sufrido por todos los miembros, con motivo del décimo aniversario del estreno de la serie, los Loud volvieron a repetir la experiencia. De ese modo, en 1983 se estrenó An American Family Revisited, a la que seguiría una tercera parte aún más dramática que las otras dos.

En 2001, después de más de veinte años enganchado a la metanfetamina y la heroína por vía intravenosa, Lance, que también era portador de anticuerpos del sida y enfermo de hepatitis C, reunió a los productores de An American Family y les convenció para hacer una tercera y última temporada. Estrenada en 2003 con el título de Death in an American Family, esta entrega muestra la vida de los Loud –a excepción de Grant, que se negó a aparecer– tres décadas después de su primera experiencia televisiva. En ella se documenta la enfermedad de Lance que, a lo largo de los capítulos, conseguía que sus padres le prometieran que volverán a retomar su relación.

Como sucedía en la serie original cuando se produjo el divorcio de la pareja, en esta tercera entrega los productores se encontraron con un inesperado giro de guion que volvió a atrapar a la audiencia: la muerte del personaje más carismático, Lance, a cuyo funeral acudieron artistas como Rufus Wainwright, que posteriormente recordaría a su amigo con las siguientes palabras: «Probablemente, la mayor influencia que tuvo en mí fue que, como persona gay, joven y afable, Lance fue un ejemplo sobre aquellas cosas buenas que había que hacer y aquellas malas que no. Creo que Lance siempre se preocupó de que me cuidase y que no hiciera muchas de las cosas que él hizo, como por ejemplo, las drogas […] Me animaba constantemente con mi música, me apoyaba, pero siempre me ocultó ciertos aspectos de su vida para evitar que yo fuera por ese camino […]. Creo que deseaba de verdad que yo tuviera éxito, tal vez porque así compensaba aquellas cosas en las que él no triunfó».

En 2011, la cadena HBO retomó la historia de los Loud para rodar el filme Cinema Verite, una cinta que muestra los entresijos del rodaje de An American Family pero que no llega a resultar ni la mitad de apasionante que el producto original. Como todo el mundo sabe, la realidad supera la ficción.