Aquellos extraños, perturbadores y hermosos ¡freaks!
/Los «prodigios» humanos de Barnum: «La sirena de Fiyi», el bueno de Tom Thumb, los gemelos siameses Chang y Eng Bunker, la gigante Anna Haining Swan o el gran Zip the Pinhead. Todos ellos hermosos, dignos y cautivadores.
El empresario estadounidense Phineas Taylor Barnum (1810 – 1891) fue uno de los precursores en la popularización de los espectáculos basados en la exhibición de rarezas (Freak shows), y lo que ahora llamamos hoax, en referencia a esos engaños que pretenden hacerse pasar como ciertos. Barnum los presentaba al público en sus museos y, posteriormente, tras sufrir varios incendios, en el P. T. Barnum’s Great Traveling Museum, Menagerie, Caravan, and Hippodrome, uno de los antecedentes de los circos tal y como los entendemos ahora. En la publicidad que se hacía de ellos, se prometía al público ser testigo privilegiado de algunos de los prodigios más sorprendentes que pudieran imaginarse.
Barnum inició su carrera a mediados de la década de 1830, presentando en Nueva York a Joice Heth, una anciana afroamericana que no solo tenía 161 años, sino que además aseguraba que había sido niñera del joven George Washington. Barnum expuso a Heth en tabernas, posadas, museos, casas de ferrocarril y salas de conciertos de las ciudades y pueblos del nordeste durante siete meses. Con Joice, Barnum inauguró dos de las técnicas que mantendría durante toda su carrera: la manipulación de la prensa popular y el uso de «expertos» científicos que avalaran todo lo que aseguraba. Cuando la venta de entradas disminuyó, Barnum escribió una carta anónima a un periódico de Boston, alegando que Heth era una falsificación: que en realidad era una máquina armada con huesos de ballena y cuero viejo. A partir de ahí, la muchedumbre acudió de nuevo para ver aquel prodigio.
En 1842 Barnum presentó al público «La sirena de Fiyi», adquirida a los herederos del capitán de la marina Samuel Barrett Edes, quien la compró a unos pescadores japoneses 20 años atrás. Aunque nunca lo reconoció, sabía perfectamente que se trataba de la parte superior del cuerpo de un mono cosida a una cola de pez.
El mismo año que presentó a la sirena, Barnum descubrió a Charles Sherwood Stratton, más conocido como «el general Tom Thumb». Ambos aparecen juntos en la fotografía que encabeza este texto. Por aquél entonces, el que luego sería Tom Thumb, tenía cuatro años, medía unos 64 centímetros de altura y pesaba algo menos de 7 kilos. Su padre aceptó sin mucho problema confiar a su hijo al empresario, a cambio de que este lo mantuviera y le pagara un sueldo. En Nueva York, Barnum renombró a su nuevo protegido, le enseñó etiqueta, danza, canto y a desarrollar un ingenio agudo.
Tom Thumb aprovechó muy bien sus lecciones, y desde el mismo momento en que subió por primera vez a un escenario, cautivó al público con su educación y cultura, su ingenio, y sus bromas. El éxito les llevó a embarcarse en una gira por Estados Unidos y por Europa, donde actuó ante la reina Victoria con tan solo seis años de edad. Con el tiempo y la fama, Tom Thumb se convirtió en un joven rico con su propia casa, yate e inversiones en bolsa. De hecho, cuando Barnum se enfrentó a una bancarrota, el adolescente Tom Thumb actuó una vez más por Europa con el objeto de recaudar dinero para su mentor y amigo. El 10 de febrero de 1863, Tom se casó con Lavinia Warren, una joven enana de la que se enamoró perdidamente. La boda y el viaje de novios por Europa y Japón apareció en la portada de las principales cabeceras del país, en especial en el Harper’s Weekly Magazine, y generó, de nuevo, una importante cantidad de dinero para Barnum y Tom Thumb.
Chang y Eng Bunker, gemelos siameses, llegaron a los Estados Unidos en 1829 y recorrieron diversos países durante las cuatro décadas siguientes, en las que ganaron suficiente dinero para comprar una plantación y esclavos en Carolina del Norte. Aunque tenían un trato mínimo con Barnum, este exhibió una figura de cera de los gemelos en su Museo Americano en la década de 1840, publicó un folleto sobre sus vidas en 1853 y se asoció ocasionalmente con ellos. Después de sufrir pérdidas financieras durante la Guerra Civil, los hermanos aceptaron de nuevo participar en una gira europea patrocinada por Barnum en 1868.
Anna Haining Swan era una canadiense famosa por su gran altura, que llegó a ser de 2, 27 metros. Era aficionada a la literatura y la música, y destacó en sus estudios de interpretación, piano y canto. Como parte del espectáculo que realizaba para Barnum, colocaba una cinta métrica alrededor de su cintura y luego hacía que una mujer del público la pusiera alrededor de la suya para que viera como llegaba a rodearla tres veces.
«Con el tiempo, Zip se convirtió en uno de los valores más consistentes y mejor pagados de Barnum. Cuentan que su fama fue tal que el mismísimo Charles Dickens, después de verlo actuar, quiso conocerlo personalmente»
Zip the Pinhead, se llamaba realmente William Henry Johnson (1842 -1926), nació como uno de los seis hijos de una familia afroamericana cuyos padres habían sido esclavos. Padecía una microcefalia, que daba a su cráneo un aspecto pequeño en relación al resto del cuerpo, afilado y del que sobresalía una prominente mandíbula. Barnum le afeitó la cabeza con excepción de un pequeño mechón en la parte superior, y lo vistió con un extraño traje de piel. En su espectáculo, se aseguraba que Zip «fue hallado durante una expedición de caza de gorilas cerca del río Gambia en el oeste de África», y que era miembro de una «raza desnuda de hombres que se movían saltando de rama en rama por los árboles». Zip asumió su personaje y nunca hablaba durante una actuación: solo gruñía si se le decía algo.
Con el tiempo, Zip se convirtió en uno de los valores más consistentes y mejor pagados de Barnum. Cuentan que su fama fue tal que el mismísimo Charles Dickens, después de verlo actuar, quiso conocerlo personalmente. Zip sobrevivió a Barnum y siguió trabajando para los Ringling Bros and Barnum & Bailey durante años. Con el paso del tiempo, y ya bien entrado el siglo XX, fue conocido, hasta su muerte el 24 de abril de 1926, como el «decano de los freaks». La prensa del momento narra que a su funeral asistieron cientos de artistas, ya que era muy apreciado y respetado por sus compañeros.
Curiosamente, más de 150 años después de su nacimiento, aún sobrevive el recuerdo de este personaje, uno de los últimos que se cruzaron con P. T. Barnum, y lo hace resucitado como protagonista de una tira diaria dibujada por Bill Griffith desde los años 70 del pasado siglo. Según cuenta su autor, le inspiró inicialmente el personaje del también microcéfalo Schlitzie de la película Freaks (1932), pero al conocer al modelo y decano Zip, no dudó un momento en revitalizarlo diariamente a través de su dibujos. En la tira que vemos aquí abajo, Griffith hace un paréntesis para recordarnos quién era este Zip y cuáles fueron, según contó su hermana, sus últimas palabras:
Así es: «Well, we fooled ’em all, didn’t we?»