Charlie and his orchestra, los nazis que tocaban jazz por orden de Goebbels

A pesar de sus críticas al jazz, Joseph Goebbels aprovechó la popularidad de esa música para hacer propaganda contra los aliados con una banda creada al efecto: Charlie and his orchestra.

El 19 de julio de 1937 se inauguró en el museo Haus der Kunst Múnich la exposición Entartete Kunst. La expresión, que en castellano vendría a ser Arte degenerado, hacía referencia a aquellas manifestaciones artísticas que el partido nazi consideraba impropias de la raza aria. En definitiva, la práctica totalidad del arte moderno, porque los jerarcas del Reich consideraban que estaba hecho por comunistas, anarquistas y judíos.

El concepto Entartete Kunst abarcaba a todas las disciplinas del arte. Desde la pintura a la música, pero en esa primera exposición las piezas elegidas, que en realidad fueron expoliadas de museos y colecciones particulares, se centraron en la pintura y la escultura. Obras de Chagall, Kandinsky, Paul Klee, Kokoschka, Grosz, Nolde y Ernst Ludwig Kirchner, expuestas en un entorno opresivo y saturado para degradarlas aún más de cara al público.

Un año más tarde, Adolf Ziegler, que había sido el responsable de la exposición Entartete Kunst de Múnich, organizó otra muestra con el mismo espíritu pero centrada en la música degenerada. Como explicaba Luis Gago en una conferencia impartida en la Fundación Juan March con motivo de la exposición dedicada en esa institución a Otto Dix, para los nazis el modelo de composición musical era Los maestros cantores de Núremberg de Richard Wagner o en otras palabras, cualquier composición en Do Mayor… firmada por un ario, claro. Las obras de compositores judíos, incluidas las óperas cuyos libretos estuvieran firmados por poetas o escritores judíos también pasaban a ser Entartete Musik aunque la partitura fuera de un músico ario.

Jospeh Goebels y Adolf Hitler visitan la muestra Entartete Kunst con una cara a medio camino entre «qué vergüenza» y «eso lo hace mi hijo el pequeño».

Jospeh Goebels y Adolf Hitler visitan la muestra Entartete Kunst con una cara a medio camino entre «qué vergüenza» y «eso lo hace mi hijo el pequeño».

Una de las paredes de la muestra Entartete Kunst de Múnich de 1937 con obras dedicadas al jazz.

Una de las paredes de la muestra Entartete Kunst de Múnich de 1937 con obras dedicadas al jazz.

En esa categoría de música degenerada también estaba la música negra y su cultura, contra la que Ziegler, que había sido diputado en Turingia, había promulgado un edicto cuyo título lo decía ya todo: Wider die Negerkultur für deutsches Volkstum (Contra la cultura negra, en pro de la herencia alemana).

Cartel de la exposición Entartete Musik en el que se relacióna el jazz, los negros y los judíos.

Cartel de la exposición Entartete Musik en el que se relacióna el jazz, los negros y los judíos.

Durante años, los nazis denigraron el jazz y otros ritmos afroamericanos tanto por americanos como por afros y, una vez en el poder, los persiguieron con una ley ordenanza de 1935. Sin embargo, al mismo tiempo que descalificaban esta música eran conscientes de que tenía un gran predicamento entre la población, especialmente los jóvenes. ¿Qué hacer ante una situación como esa? ¿Por qué no utilizar el jazz en beneficio del Reich? La respuesta a esas preguntas se llamó Charlie and his orchestra.

Charlie, en realidad era el cantante Karl Schwedler, un artista contratado por Joachim von Ribbentrop siguiendo las órdenes de Goebbels para el departamento de emisiones de propaganda para Estados Unidos y Gran Bretaña. Al igual que habían hecho la vista gorda con lo de interpretar jazz, a los nazis tampoco les importó que en la orquesta hubiera miembros no arios. Lo importante es que Charlie y sus compañeros, entre los que estaban el clarinetista Kurt Abraham, el trombonista y director de orquesta Willy Berking, dos trombones más, tres trompetistas, cuatro saxofones y una sección de ritmo, interpretaran clásicos del jazz a la perfección.

El objetivo de Goebbels era que las canciones de Charlie and his Orchestra se radiasen por aquellas emisoras del Reich que podían ser captadas en Inglaterra y grabar discos para ser repartidos entre la población e incluso en los campos de prisioneros donde había soldados estadounidenses y británicos.

La particularidad de las actuaciones de Charlie and his Orchestra era que los temas que interpretaban eran estándares de jazz a los que el departamento de propaganda nazi cambiaba las letras. Las modificaciones iban desde transmitir el ideario de Hitler, narrar hazañas de la guerra que ensalzaban a Alemania o a hacer mofa con personajes de actualidad del bando contrario como Roosevelt o Winston Churchill.

Por ejemplo, en You’re driving me crazy, la parte de la letra que decía:

You, you're driving me crazy! What did I do? What did I do?
My tears for you make everything hazy, clouding the skies of blue

Era reescrita por el departamento de propaganda e interpretada por Charlie y los suyos así:

Yes, the Germans are driving me crazy
I thought I had brains
But they shot down my planes.

Durante el tiempo que estuvieron en Berlín, Charlie and his orchestra llegaron a grabar una treintena de canciones pero, cuando los bombardeos sobre Alemania se intensificaron, fueron evacuados al sur del país. En la ciudad de Stuttgart continuaron actuando en la emisora Reichssender Stuttgart. De hecho, una vez derrotada Alemania siguieron con su actividad actuando para las tropas estadounidenses sin mayor problema –porque, más allá de las versiones nazis, tocar, tocaban jazz con mucha solvencia– aunque el público seguía llamándolos «la orquesta de Goebbels».

Con el tiempo, la banda se disolvió. Algunos de sus miembros siguieron en el mundo de la música y otros se dedicaron a diversas actividades. De Charlie/Karl Schwedler se cuenta que se convirtió en empresario y que llegó a emigrar a EEUU en los años 60. Si es así, sería interesante saber qué respondió a esa pregunta de inmigración «¿Estuvo relacionado con las persecuciones asociadas a la Alemania Nazi o sus aliados?».