Cuando Montoneros grabó un disco para atraer a la juventud peronista
/A principios de los años 70, el grupo guerrillero Montoneros grabó un disco para contar sus hazañas y acercar sus logros en la lucha popular a la juventud argentina.
El Luna Park siempre tuvo un significado especial para los militantes peronistas. Allí fue donde Eva Duarte conoció a Juan Domingo Perón, cuando ella todavía era una actriz de radio y teatro y él el responsable de la Secretaría de Trabajo y Previsión. El encuentro se produjo el 22 de enero de 1944, mientras asistían en ese recinto multiusos porteño a un festival benéfico para recaudar fondos para los damnificados del terremoto de San Juan. A partir de ahí, continuarían viéndose y, con el tiempo, se convertirían en el Presidente y la primera dama de la República. Por eso, cuando en 1973 llegó el momento de presentar en público La cantata montonera, los responsables de la organización guerrillera se decidieron por el Luna Park.
Todo había comenzado unos meses antes, cuando Nicolás Casullo fue convocado a una cita en un café de Buenos Aires. Allí, su contacto le llevó tabicado (con la cabeza tapada para que no pudiera reconocer el recorrido) a una casa en el barrio de Palermo. Cuando se pudo quitar la capucha, se encontró con Mario Eduardo Firmenich y Roberto Quieto, miembros de la Conducción Nacional de Montoneros.
Tras presentarse y romper el hielo, los jefes montoneros explicaron la razón de esa cita: después de varios años de lucha clandestina contra las dictaduras de Onganía, Levingston, Lanusse, y una vez logrado el regreso del general Perón a la Argentina, la organización había decidido que ya era hora de glosar sus hazañas y rendir homenaje a sus héroes, muchos de ellos caídos en combate. Para ello no habían pensado en un poema épico o unas crónicas en varios tomos, sino en algo con lo que la juventud argentina de los setenta se sintiera identificada: un disco.
Evidentemente, no podía ser cualquier disco. Los ritmos imperialistas como el rock and roll quedaban descartados y nada de referencias a The Beatles, grupo natural de Gran Bretaña, nación colonialista que ocupaba ilegalmente las Islas Malvinas. Debía ser algo que, inspirado en los cantos italianos de los partisanos o las canciones de la Guerra Civil, tuviera un toque folklórico argentino.
Finalizada la reunión, Casullo fue nuevamente tabicado y trasladado a otro punto de la ciudad donde comenzó a pensar cómo llevar a cabo el encargo. Las letras la podía escribir él que, al fin y al cabo, era escritor con un libro publicado, Para hacer el amor en los parques, que había tenido cierta repercusión, pero para la música debía buscar a profesionales.
Se decantó por Huerque Mapu, un grupo que hacía folklore que, en un primer momento, no vio muy claro el proyecto. No solo era un trabajo que conllevaba un posicionamiento político inequívoco, sino que las historias debían de ser abordadas con mucho tacto, habida cuenta de que abarcaban desde el secuestro, juicio popular y ejecución del presidente de facto del país Pedro Eugenio Aramburu, a la muerte en combate de militantes históricos como Abal Medina o la masacre de Trelew, donde fueron asesinados dieciséis miembros de Montoneros.
Finalmente Huerque Mapu aceptó y, tras semanas de trabajo para escribir los textos, componer las músicas y grabar, llegó el día en que Mario Eduardo Firmenich acudió al estudio para escuchar el disco acabado. El jefe montonero quedó muy satisfecho del resultado, felicitó a los autores y pidió que le hicieran una copia en casete para llevársela consigo.
Tras la aprobación del responsable máximo de la organización, se procedió al prensado del disco e impresión del libreto interior que, como la grabación y los honorarios de los autores, fueron sufragados por Montoneros. El trabajo fue editado por el sello Ediciones Lealtad que, hasta el día de hoy, solo tiene esa referencia.
En diciembre de 1973 tuvo lugar la presentación dentro de un festival de la Juventud Peronista en el Luna Park, en el que participaron diferentes artistas. Entre ellos estaban Huerque Mapu y un coro de cincuenta cantantes, que interpretaron La cantata montonera. El disco se vendió relativamente bien, a pesar de no sonar en ninguna radio por el contenido de sus letras pero, unos meses después, todo eso cambió. La turbulenta y complicada vida política de la Argentina hizo que, en septiembre de 1974, Montoneros decidiera pasar a la clandestinidad de manera voluntaria y, a partir de ese momento, poseer propaganda montonera se convirtió automáticamente en delito.
Muchos de los propietarios del disco decidieron desprenderse de él para evitar problemas. Dos años después, con el golpe de Estado de 1976 que instauró la dictadura cívico militar eclesiástica, las pocas copias que quedaban del LP fueron destruidas por los militares, requisadas o robadas, como sucedió con los demás bienes de los detenidos, secuestrados y desaparecidos.
Por su parte, Huerque Mapu quedó para siempre vinculado al disco de Montoneros. Desde el momento de su publicación, recibieron amenazas, les pusieron bombas en los teatros y, finalmente, tuvieron que abandonar el país. Primero se exiliaron en España, donde fueron encarcelados por la dictadura franquista y, posteriormente, sus miembros se dispersaron por Francia y México.
En los últimos años, grupos por la recuperación de la memoria vinculados al movimiento peronista han rescatado el disco, que puede descargarse sin problemas de internet. Las copias originales se cotizan a precios exagerados, pero no está muy claro si es por la calidad del repertorio o por el valor histórico del documento. Juzguen ustedes.
El resto se puede descargar pinchando aquÍ. Las letras se las dejamos a continuación.