David Bowie y la mirada de la esfinge
/Su fascinación por la magia egipcia y el mundo de las sociedades secretas, sobre todo la Aurora Dorada y Aleister Crowley, estuvo a punto de hacerlo aparecer en directo como la personificación de la esfinge
[Fotografías: Brian Ward]
Bowie podía haber sido la esfinge, una estrella de rock a medio camino entre el misticismo y la fastuosidad del rock a finales de los sesenta, en plena época de los grandes festivales y las puestas en escena espectaculares. En mayo de 1971, el fotógrafo Brian Ward, que ya había trabajado con el artista para la portada de The Rise and Fall of Ziggy Stardust & the Spiders from Mars, ideó una puesta en escena que convertiría a Bowie en una esfinge o el último faraón, tras conversar con él. El vestuario, así como el hermosísimo anillo con una salamandra, fue comprado por el mismo Ward para que lo luciera en directo, pero el proyecto no se llevó a cabo.
Bowie había confiado en Ward, al que había conocido por medio de Bob Grace, para la imagen de su disco Hunky Dory, que saldría publicado en noviembre de 1971. El fotógrafo, unos meses antes, en una entrevista para Rolling Stone, había confesado que tenía la idea de convertir a Bowie en un faraón. Además, ese mismo año Inglaterra se había rendido ante la magia y los enigmas del ancestral Egipto. Una enorme exposición sobre Egipto y su arte, que incluía el sarcófago de Tutankamón, podía ser visitada en el British Museum. Algunas de las fotografías de la sesión aparecieron en 1990 en una reedición del disco Space Oddity.
Su interés por la imaginería egipcia y la magia ceremonial había ido apareciendo poco a poco en su carrera discográfica. Ese mismo año, cuando se publicó Hunky Dory (que no contó con ninguna imagen de la sesión de Ward) la canción «Quicksand» hablaba directamente de la Auroda Dorada, la sociedad secreta ocultista fundada en 1889 y de la que Aleister Crowley fue su integrante más famoso: «I'm closer to the Golden Dawn / Immersed in Crowley's uniform». El «uniforme de Crowley» era el de la su famosa imagen en el que lo vemos vestido con las ropas ceremoniales de la Auroda Dorada. Los rituales de la Aurora Dorada estaban inspirados en la magia egipcia y muchos de sus miembros fueron fotografiados con trajes ceremoniales similares.
En una entrevista para New Musical Express, fechada el 25 de noviembre de 1995, recordando los años setenta, reconoció que «estaba muy interesado en la cábala y el mundo de Crowley». También fue un reconocido fan de Colin Wilson o William S. Burroughs, entre muchos otros, en ese universo sofisticado y contradictorio, misterioso y que jugaba al despiste, al señuelo, a lo maravilloso.