Un beato incorrupto con vaqueros, chándal y zapatillas para modernizar la Iglesia
/La Iglesia católica ha decidido modernizarse. Hace unos días beatificó a un joven italiano amante de las nuevas tecnologías, cuyo cuerpo incorrupto se muestra a los fieles con zapatillas, jeans y sudadera deportiva.
La Iglesia católica no deja de perder fieles. Según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) el número de españoles que se define como católico pasó del 83,6% de 1999 al 66,% de 2019. A eso hay que sumar que el número de ateos y agnósticos ha crecido en ese mismo periodo, pasando de 4,58 millones a 11,5 millones.
La situación de crisis que vive esa institución no es exclusiva de España. En otros lugares del mundo, especialmente Latinoamérica, las religiones evangélicas están ganándole terreno al catolicismo, tanto entre la población, como entre los dirigentes de esos países, lo que hace que el Vaticano pierda poder político en esas regiones.
La elección del papa Francisco fue un primer paso en ese supuesto lavado de imagen de la Iglesia pero, las cifras siguen demostrando que no ha sido suficiente. Por eso, desde el Vaticano están haciendo todo lo posible por llegar a las nuevas generaciones, nunca mejor dicho, dejando a un lado la pompa y el boato y acercándose a lo cotidiano y popular. Una estrategia que, por otra parte, no es nueva, como recordarán aquellos que hayan asistido a misas postconciliares de los 70 y 80 con guitarra, pandereta y adaptaciones ad hoc de Blowin’ in the Wind o El cóndor pasa.
Como parte de esa política de modernización, el Vaticano ha decidido dejar por un tiempo la canonización de, por ejemplo, monjas y sacerdotes fascistas que apoyaron a Franco durante la Guerra Civil y apostar por la de jóvenes como Sandra Sabattini, Chiara Badano o Carlo Acutis, adolescente de quince años, devoto de la virgen, aficionado a las vidas de santos, aficionado a la informática y fallecido el 12 de octubre de 2006, a consecuencia de una leucemia fulminante diagnosticada unos días antes.
Aunque la historia de Acutis se mantiene dentro de las normas de las hagiografías convencionales, como el haber nacido en una familia no especialmente religiosa, el pedir a sus padres que le dejasen hacer la comunión, su dedicación a los pobres, el uso de su talento informático para divulgar la palabra de Dios y su entereza durante la enfermedad, que le hizo no pedir analgésicos porque otros, entre ellos el mismo Cristo, sufrieron más que él, la puesta en escena de su beatificación se ha modernizado.
Además de utilizar las redes sociales para dar a conocer su vida, tras la muerte del joven el cuerpo de Acutis fue sometido a un proceso de embalsamamiento para conservarlo en las mejores condiciones de cara al futuro. La razón para poner en marcha un proceso de conservación tan poco frecuente en una persona anónima, fue que miembros de la iglesia se empeñaron en iniciar su canonización, convencidos de que un joven religioso, amante de la informática e incorrupto, era un buen reclamo para atraer nuevos fieles.
De ese modo, en 2013 comenzó el proceso de beatificación a iniciativa de la diócesis de Milán que, tres años más tarde, presentó un informe a la Congregación para las Causas de los Santos. Tras ser estudiada, en 2018 el papa Francisco declaró a Acuti venerable y, un año después, su cuerpo fue exhumado para que los fieles pudieran contemplarlo en la basílica de Asís.
A diferencia de lo que sucede con otros beatos y santos cuyos cuerpos se muestran y veneran en iglesias de todo el mundo, el cuerpo de Acuti no se muestra con sudario, hábitos o ropajes suntuosos. En el caso de este joven, su cuerpo está vestido con vaqueros, zapatillas y una sudadera deportiva, lo que no ha dejado de llamar la atención de los medios de comunicación. Justo lo que se pretendía.
Además, el cadáver de Carlo Acuti muestra un sorprendente estado de conservación que ha asombrado a los fieles e incluso a expertos en embalsamamiento. Tanto es así, que la Iglesia ha tenido que dar explicaciones al respecto. Como era de suponer, después de 14 años desde el fallecimiento y por mucho proceso de conservación que se hiciera en su momento, el cuerpo exhumado no estaba en tan buen estado como se creía. Por eso, la jerarquía católica decidió reconstruirlo, poniendo especial énfasis en su rostro, que fue recreado con una máscara de silicona de gran realismo. Un método que tampoco es nuevo, pues muchos de los cuerpos incorruptos que se veneran en el mundo tienen sus rostros recreados en cera.
A pesar de esas explicaciones procedentes de fuentes de la Iglesia, la información que ha calado entre los fieles es que el cuerpo de Acuti está incorrupto y que ese inusual fenómeno ha sido uno de los argumentos que se han esgrimido para su beatificación, que fue llevada a cabo el pasado 10 de octubre en la Basílica de Asís. Un paso más en el proceso de canonización del joven, del que se dice que incluso podría ser nombrado el patrón de internet. Si eso llega a suceder, Acuti sustituiría en ese puesto a Isidoro de Sevilla, santo que vivió en el siglo VII, cuando todavía no había Wi-Fi, ni ADSL, ni siquiera Teletexto.