El futuro fue de ellos: una entrevista a Jon Savage


Una entrevista de Servando Rocha a Jon Savage, el autor que ha dedicado media vida a analizar y escribir sobre subculturas juveniles, rebeliones oscuras y locura teenager. Teenage. la invención de la juventud (1875-1945), por fin publicado en España, es una obra maestra

Jon Savage (Londres, 1953) es uno de los mayores especialistas mundiales en subculturas juveniles. Su ya clásico England’s Dreaming es posiblemente el mejor libro sobre el fenómeno del punk en Inglaterra. Sin embargo, con Teenage. La invención de la juventud (1875-1945), publicado recientemente en castellano por Desperta Ferro, Savage crea un insólito recorrido por las catacumbas de esa historia, por su legado oculto en ragtime, swing, grupos naturistas y adolescentes epatantes, verdaderos protopunks un siglo antes de que existiera algo semejante. Tuve la oportunidad de prologarlo y, además, mantener una interesante conversación con él durante la presentación de la obra en Madrid. Durante una hora nos atendió amablemente desde su estudio, una habitación rodeada de archivadores, pósters de bandas y un inquietante orden. Nuestro agradecimiento a Alberto Pérez, editor de Desperta Ferro, y a María Angustias Carrasco Galdó por la ayuda en la traducción y transcripción.

Jon Savage. Fotografía: Larry Busacca

Jon Savage. Fotografía: Larry Busacca

Servando Rocha: En mayo de 2017 visitaste Madrid para dar una conferencia en el festival Primera Persona y expusiste una serie de fotografías. Una de ella era de la legendaria travesía por el Támesis de los Sex Pistols, y del momento en que llega la policía y detiene a Malcolm McLaren. Tú estabas allí, y has escrito sobre muchas cosas de las que también has sido protagonista u observador. Teenage es una obra maestra y una inmensa labor de arqueología acerca de la juventud desde 1875 a 1945. Me gustaría saber cómo es escribir sobre una época o épocas que no has vivido. ¿Tal vez tú libro England’s Dreaming: Sex Pistols and Punk Rock, para mí el mejor libro de punk que se ha escrito, te dio un tipo de conocimiento especial para poder desentrañar lo que pudo suceder muchas décadas antes?

Jon Savage: Es una buena pregunta. Lo que tuve que hacer es imaginarme, como si me proyectara, lo que la gente pensaba y sentía en ese momento histórico sobre el que estaba escribiendo, así que realicé mucha investigación. He usado diarios, que son una manera muy directa e íntima de comunicación. Hay muchos diarios que he leído, especialmente de mujeres jóvenes y en particular el de Marie Bashkirtseff (de las décadas de 1880 y 1890), porque ella es el perfecto prototipo de adolescente. De hecho, un buen ejemplo es cuando estaba estudiando a las Juventudes Hitlerianas. Obviamente odio todo lo que representan, pero no es suficiente para mi decir, oh dios mío, son horribles, terribles, son un grupo de jodidos nazis, sino que necesito preguntarme ¿qué hacían?, ¿qué pensaban?, ¿por qué tomaron esas decisiones en ese preciso momento? Entender qué estaba pasando en ese preciso momento histórico en ese preciso país. También encontré una buena fuente en el libro de Melita Maschmann donde explica por qué se convierte en nazi. Así que para mí no es suficiente decir que las cosas pasaban porque eran jóvenes. Tienes que meterte en sus cabezas, y hacerlo fue muy excitante porque estaba usando citas personales y entrevistas directas de esas personas y por eso tiene una naturaleza intima. Fue muy emocionante para mí proyectarme, era casi como estar en un tiempo y un lugar diferentes. Y en una cultura obsesionada con el narcisismo, esto es como un experimento. Fue fantástico sumergirme en diferentes tiempos y lugares.

Marines armados con palos en busca de pachucos durante la llamada «revuelta zoot suit» (Los Ángeles, junio de 1943). Fotografía: Anthonny Potter

Marines armados con palos en busca de pachucos durante la llamada «revuelta zoot suit» (Los Ángeles, junio de 1943). Fotografía: Anthonny Potter

¿La habitación en la que te encuentras es el lugar en el que escribes? [Savage está hablando en una pequeña habitación. A su derecha hay varias estanterías llenas de archivadores]

Sí, lo es. Al fondo tengo a The Beatles y fotografías y ahí hay una caja de discos… Es el ático de la casa.

Un grupo de Wandervogel fotografiado por August Sander en 1928

Un grupo de Wandervogel fotografiado por August Sander en 1928

«A los 60 todavía compro ropa y discos, y esto es un cambio muy importante, ya no tengo por qué tener una crisis de la mediana edad, ya no me tengo que comprar una moto»

Siempre que se escribe sobre el pasado es muy complicado intentar comprender y transmitir lo que pensaba esa gente que habitó ese momento determinado y lo que les conectaba. Evidentemente, como queda claro en el libro, a todos ellos les unía que eran jóvenes, pero aparte de ser jóvenes, ¿había algo más que los conectase?

Todos tienen entre 13 y 24 años, y son la explicación social y cultural de una situación física que es la pubertad. Así que habrá coincidencias en todos ellos. Si tú y la audiencia recordáis cómo era tener entre 14 y 24 años, y especialmente tener entre 13 y 19, estaréis de acuerdo en que es un tiempo de prueba importante; estás en un periodo de transición, cambiando del mundo de tus padres al mundo de tus iguales, dos mundos normalmente contrarios. Así que estas cosas siempre suceden de una manera muy parecida. También vas a experimentar un desarrollo emocional, y en concreto un desarrollo sexual, y todos estos cambios suceden en esta época de la vida, una etapa de un gran desarrollo. Aunque también es un periodo en el que se tiene muchísima energía y uno se mueve muy rápido. Cuando yo era un adolescente me aburría desesperadamente porque me movía el doble de rápido. Cuando miraba el reloj me parecía que el segundero nunca iba lo suficientemente rápido.

La pandilla de los Wild Boys en un parque del centro de Berlín (1932)

La pandilla de los Wild Boys en un parque del centro de Berlín (1932)

Claro... Bueno, como en el caso del punk. Estaba el reloj de la tienda Sex [de Malcolm McLaren y Vivienne Westwood], que conocerás, claro, que en vez de marcar 12 marcaba 13, quizá porque esa lucha juvenil era una carrera contra el tiempo.

Sí... Lo que quiero decir es que en los 50 y en los 60 había una lucha contra el tiempo. Lo que pasaba es que, principalmente, quienes compraban discos y ropa eran los menores de 18, y una vez cumplías 18 te casabas, buscabas un trabajo, etc., y dejabas de consumir estas cosas. Lo que está pasando desde los 50 y 60 es que ya no son solamente los adolescentes los consumidores sino que ese consumo, muy ligado a la juventud, se ha «democratizado» en la sociedad de consumo. Así que gente de todas las edades consume lo que los adolescentes consumían en los 50. Se compran los productos que los adolescentes consumían y, por lo tanto, algo que anteriormente era muy específico para los adolescentes, se consume en todas las edades. Como en mi caso, que a los 60 todavía compro ropa y discos, y esto es un cambio muy importante, ya no tengo por qué tener una crisis de la mediana edad, ya no me tengo que comprar una moto... Pero sí, yo diría que sí que es una carrera contra el tiempo.

Un grupo de flappers paseando a comienzos de los años veinte

Un grupo de flappers paseando a comienzos de los años veinte

En mi opinión, una de las partes más interesantes del libro es la parte de Alemania, donde se habla de una subcultura realmente fascinante, se llamaban Wandervogel. Con el cambio de siglo hay una exaltación del culto a la naturaleza, a la juventud y demás; muchos filósofos han tratado de entender lo que sucedió antes del nazismo para intentar ver las raíces del totalitarismo, como por ejemplo Kracauer con su estudio del cine expresionista alemán. ¿Percibiste eso cuando estabas analizando, por ejemplo, a los Wandervogel?

Flappers en 1928. Fotografía: Getty Images

Flappers en 1928. Fotografía: Getty Images

«Desde 1945 los movimientos juveniles nacionalistas y totalitarios reivindican una vuelta a la naturaleza con raíces anticristianas»

La historia del Wandervogel es muy muy complicada, tienes que entender que eran algo así como hippies, gente con el pelo largo, que predicaba el amor libre y la vuelta a la naturaleza, etc., antes de la Primera Guerra Mundial; y en algún caso, pasaron de ser grupos de izquierdas, a ser grupos protonazis y militarizados. No había un equivalente inglés, y para mí es muy interesante porque lo que le pasó a la juventud de entonces afectó al nuevo orden del mundo.

A medida que vas leyendo el libro te das cuenta que de lo que trata es de subculturas de Francia, Inglaterra, Alemania, digamos un poco de la «cultura oficial», y con frecuencia aparece el tema del paganismo. ¿Descubriste que si buscabas fuera de las civilizaciones oficiales, en concreto la cristiana, se llegaba fácilmente a los cultos a la naturaleza y el paganismo, y que había una confrontación entre ambas?

Sí, creo que esto es muy interesante. Si analizas la reacción del cristianismo hacia mucha música rock and roll y pop desde la guerra, es una buena observación. Tienes a líderes cristianos atacando a Elvis, y particularmente atacando a The Beatles en 1966. Escribí sobre esto en un libro acerca de ese mismo año, 1966, y hay muchas confrontaciones porque, por supuesto, la cultura pop y la cultura joven no tiene nada que ver con el tradicional círculo de la moralidad de sé muy productivo, trabaja mucho y conseguirás tu premio en el Reino de los cielos. Así que ciertamente hay una crítica al cristianismo. Pero desafortunadamente también hay una crítica al cristianismo por parte de los nazis, así que ahí es a donde voy: la cultura joven no siempre sigue el signo progresista. Desde 1945 los movimientos juveniles nacionalistas y totalitarios reivindican una vuelta a la naturaleza con raíces anticristianas. Así que podemos decir que los movimientos juveniles tienen esas dos caras.

Chicanos detenidos durante la «revuelta zoot suit» (9 de junio de 1943). Fotografía: Bettmann Archive

Chicanos detenidos durante la «revuelta zoot suit» (9 de junio de 1943). Fotografía: Bettmann Archive

«Siempre pensé que la frase No Future no significaba que no había futuro, sino que no habría futuro a no ser que hicieras algo para cambiarlo»

En el mundo anglosajón, cuando se habla de este tipo de temas hay siempre más glamur, porque ellos utilizan la expresión o categoría de «sociología de la desviación», y hay estudios culturales sobre ello. Creo que nombras al principio del libro, en su prólogo, un libro fundamental que aquí se publicó hace relativamente pocos años, Subculture: The Meaning of Style, de Dick Hebdige, que creo que se publicó en 1979. Teennage es un libro que habla de una gran historia, es un libro muy voluminoso, no me puedo imaginar cómo pudo manejar toda esa documentación, el apéndice es sobrecogedor; pero al mismo tiempo que es una gran historia también es una historia que habla de las pequeñas cosas. Por ejemplo, Dick Hebdige habla de un imperdible y que desde un objeto pequeño, como es un imperdible, se puede explicar el punk. Y me gustaría saber si de alguna manera sentiste que tú también estabas contando una gran historia a partir de pequeñas historias.

Sí, eso es probablemente acertado. Leí Subculture en 1979/80 y la idea original para Teenage era un programa de televisión dirigido a adolescentes basado en que los ejecutivos de la TV leyeran acerca de las subculturas: cuáles eran, su mensaje, las tendencias de los cultos juveniles, etc. Me gustan las cosas materiales, las encuentro muy interesantes. Por ejemplo, en mi libro 1966. The year the decade exploded empiezo cada uno de los 12 capítulos, correspondientes a los meses del año, con un disco concreto y a partir de ahí continúo con cada capítulo, con hechos fundamentales, etc. En esa época ya había otra gente haciendo fotografía de los nuevos estilos y subculturas juveniles. Estaba Charles Radcliffe, que tenía una revista llamada Heatwave, que fue la primera revista de fotografía inglesa de los nuevos estilos que estaban surgiendo y se realizó en 1966.

Claro, yo soy fan de Heatwave. Jon, ¿conoces a King Mob?

Sí, sí, sí... [algo incomprensible].


Jon, un par de preguntas más y te dejamos que te vayas a dormir.

¿Dormir? ¡¡¡Lo que quiero es mi cena!!! [risas].

[Se abre el turno de las preguntas de las personas asistentes a la presentación] La historia se acaba repitiendo siempre. Leyendo el libro, en el cambio de siglo, ya aparece la idea de «no hay futuro», «no future». Y eso se acaba retomando 70 u 80 años después. Me gustaría saber qué opinas de esto y si estás de acuerdo con esta idea.

Sí, parcialmente. Todos probablemente recordáis cuando teníais 17, 18 o 19 años y estabais comenzando vuestra vida independiente en el mundo después de haber ido al colegio y quizá estudiando algo profesional o quizá empezando a trabajar, entonces puedes ver claramente qué es lo que está mal en el mundo y lo que quieres cambiar. Comienzas a decir «no» a ciertas cosas y piensas que es imposible hacer las cosas a tu manera en el mundo que tú querías, ya que es muy difícil, porque es el mundo que los adultos han creado. Lo que quiero decir es que siempre pensé que la frase No Future no significaba que no había futuro, sino que no habría futuro a no ser que hicieras algo para cambiarlo. Es un rechazo a lo que no te gusta y quieres cambiar. Siempre celebro que los jóvenes vean lo que hay de erróneo en el mundo y que intenten cambiarlo, no solo por ellos sino también para los demás. Yo no diría que No Future fuera nihilismo. Es negación y no puro nihilismo, que son cosas diferentes.

Ficha policial perteneciente a los Peaky Blinders de  Birmingham del West  Midlands Police Museum. Fotografía: Newsteam

Ficha policial perteneciente a los Peaky Blinders de Birmingham del West Midlands Police Museum. Fotografía: Newsteam

«La gente joven ha sido incluida en la democracia del consumismo»

Habéis estado hablando del despertar de la juventud, y a mí me parece que es un libro del despertar, del transcender y también sobre el control. Me parece interesante además que coincide en el tiempo con Freud. Así que me parece muy interesante que se trate la dimensión de juventud-control.

Siempre pienso que los adolescentes perturban a los adultos, o a muchas personas adultas, porque son el futuro, se encargarán del mundo cuando los adultos estén muertos. Ellos viven en el presente y en el futuro, y en cambio los adultos (¡¡¡por cierto, yo no!!!) viven en el pasado. Los adultos no están interesados en lo que va a suceder próximamente, no están interesados en las cosas nuevas, ni en experiencias nuevas, sino en seguir de la misma manera. Serán esos adultos los que tengan recelo de los adolescentes, porque los adolescentes son el futuro, realmente representan el futuro.

Recuerdo cuando yo era un adolescente, no me portaba demasiado mal, pero mentía a los adultos, no tenía problemas con mis padres pero no cooperaba, y esto era algo así como manifestar «que os jodan, yo me preocupo de mí mismo». Y el libro está construido en torno a la dialéctica entre los jóvenes buscando su propia identidad y autodeterminación por medio de sus propios movimientos artísticos, sus propios estilos, con una libertad, con sus propias normas, y obviamente los adultos y el Estado buscando maneras de controlarlos. Hay un momento importantísimo y unos sucesos históricos fundamentales: las dos guerras mundiales en las que generaciones enteras son enviadas al matadero. Me interesa mucho el momento en el que aparece la figura del adolescente (primero en Estados Unidos y luego en el resto del mundo), una figura con sus propios gustos, que consume su propia música, su propia ropa, con gustos que no vienen impuestos, y el momento en el que el Estado y la sociedad adulta aprovechan esto generando un mercado e integrando a los jóvenes en la sociedad de esta manera. La gente joven ha sido incluida en la democracia del consumismo, fueron los jóvenes los que influenciaron los productos que consumimos y esto le añade un significado y un valor añadido a esos productos.

¿Te interesan las subculturas juveniles de ahora?

Un poco. Ya no soy un experto, no tengo que mantenerme actualizado, estoy interesado en las nuevas tendencias musicales, por ejemplo, pero en las subculturas… Pienso que hay algunos cambios, por ejemplo, en las subculturas antiguamente lo importante era la música y la ropa, y ahora son las redes sociales. Esto es algo sobre lo que realmente todos podéis hablar, pero para mí todo esto… Pienso que las redes sociales lo están disolviendo todo, y la cultura juvenil y la subcultura es parte de ello ahora. La forma de organizarse ahora es muy diferente y como no tengo que escribir sobre ello, no estoy interesado, mi interés está principalmente en el libro que esté escribiendo y por eso no lo sigo. No tengo porqué… Es algo triste pero es lo que hay.