El Gabinete de Curiosidades del Doctor Peligro #2: el coche que conducía directo hacia la muerte
/Un álbum de fotos para el Agente: memorabilia, fetichismo y radicalismos |
La imagen del día
El poeta César Vallejo la recordó en el Himno a los voluntarios de la República, concretamente en su poemario España, aparta de mí este cáliz: «El mundo exclama: “¡Cosas de españoles!”. Y es verdad. Consideremos / durante una balanza, a quema ropa [...] a Teresa, mujer, que muere porque no muere / o a Lina Odena, en pugna en más de un punto con Teresa». Había que decidir en un instante qué hacer con la vida. Improvisar o decidir. La tragedia en suspensión, en un vuelo rasante sobre la muerte. La comunista Odena, el 14 de septiembre de 1936, en medio de una cruenta guerra que se pensaba corta y se convertía en sangrante pesadilla, está junto al Pantano de Cubillas, en la carretera de Jaén. Es entonces cuando su chófer comete un error fatal, y enfila un camino directo hacia las filas fascistas, que apuntan al vehículo. Ella se sabe torturada, violada, fusilada. Y se dispara en la sien. Sobre su chaqueta, en el momento de su muerte, lucía cosidas a la tela unas alas de aviador en tributo a la aviación republicana que se había enfrentado con furia a los pilotos rebeldes.
Esta es una imagen poco conocida, publicada al día siguiente en el periódico granadino Ideal. El coche está rodeado de fascistas. Uno de ellos mira con desdén hacia su interior, donde estaría viendo su cuerpo ya sin vida. En la escena hay una sensación de escalofriante normalidad. El cristal delantero está pintado con el nombre de Mundo Obrero, la revista comunista y, en los laterales, las siglas de U. H. P. (Uníos Hermanos Proletarios). Su cadáver, durante décadas, estuvo sepultado en el cementerio de Granada, hasta que hace pocos años fue llevado al osario común por falta de pago.