El polizón que quiso tentar a la muerte

Perce Blackborow, siendo apenas un adolescente, fue encontrado escondido en la bodega del Endurance, el barco liderado por Shackleton. El objetivo era atravesar a pie el continente antártico. Incluso siendo probable la muerte, no dudó en marchar hacia lo desconocido.

En agosto de 1914, mientras Europa se precipitaba a una guerra atroz, el Endurance, cuyo objetivo era atravesar a pie el continente antártico en una proeza sin precedentes, salió de Plymouth y, tras una larga travesía, alcanzó las costas de Argentina, atracando en Buenos Aires. El 26 de octubre, entre los acordes de Dios salve a la reina, zarpó directo a su colosal objetivo. Al frente estaba el legendario capitán Ernest Shackleton, acompañado de 27 hombres que pronto sumaron uno más cuando al inspeccionar la bodega, durante una pequeña parada para echar las cartas al correo en el faro de Recalda, descubrieron a un polizonte, un adolescente galés de dieciocho años llamado Perce Blackborow y apodado «Blackie», que no había sido admitido en la tripulación por su corta edad.

Perce Blackborow. Fotografía: Frank Hurley

Perce Blackborow. Fotografía: Frank Hurley

Tiempo antes, sin tener ni tan siquiera la mayoría de edad, había formado parte del Golden Gate, que naufragó frente a las costas de Montevideo. El enfado del capitán fue mayúsculo: «¿Sabes que en estas expediciones pasamos mucha hambre y que cuando tenemos un polizón a mano a él es al primero que nos comemos?», le dijo intentando atemorizarlo. Blackborow no se amedrentó y, tras ver el corpulento cuerpo de aquel hombre, le contestó: «Creo que sacarían más carne de usted, señor». Tras ser admitido se dispuso a tentar a su suerte, jugándose la vida en una expedición legendaria.

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El Endurance y su tripulación. Fotografías: Frank Hurley

El Endurance y su tripulación. Fotografías: Frank Hurley

No tardaron en comenzar las penalidades. Cuando el barco quedó atrapado entre el hielo y fue finalmente destruido, todos se instalaron en la isla Elefante, donde Shackleton pensó en darle a Blackborow el honor de ser el primer ser humano en desembarcar en la isla, olvidando que sus pies estaban congelados y con gangrena. Ayudado a salir de borda, cayó en los bajíos y fue rápidamente llevado a la costa. Tras empeorar su estado de salud, el médico de abordo no tuvo otro remedio que iniciar las amputaciones: «A Blackborow se le extirparon todos los dedos de su pie izquierdo y dejando muñones —confesó el médico—. El pobre mendigo se comportó espléndidamente y se fue sin ningún problema. Tiempo de inicio a fin: 55 minutos. Cuando Blackborow volvió en sí estaba alegre como si nada y se puso a bromear directamente».

Falleció en 1949, de bronquitis crónica y problemas al corazón a la edad de 53 años.