El universo desconocido nunca fue tan bello


El espectacular atlas del firmamento y las estrellas de Andreas Cellarius fue una de las obras más hermosas sobre aquel desconocido cosmos

Hasta entonces, lo desconocido e inconmensurable, lo enorme y los abismos negros eran nombrados por la Iglesia católica como resultado de la mano del Maligno. Nombrar algo es dominarlo, hacerse con ello, y el firmamento, salvo en los casos de Giordano Bruno (quemado por hereje en 1600) y unos pocos más, también era el reflejo de una concepción católica del mundo conocido y desconocido.

Andreas Cellarius se opuso a esto. Sus increíbles mapas celestes no están afectados por la influencia católica. Al igual que su colega Julius Schiller, consideraba que era contrario a la fe dar a las estrellas nombres de espíritus malignos, de animales y de hombres impíos. No lo decía él sino que estaba en la mismísima Biblia, en Daniel 12, 3: «Los sabios brillarán con el esplendor del firmamento, y los que enseñaron la justicia brillarán por siempre, eternamente, como las estrellas». Por ello, en su representación cristianizada, los seres mitológicos y animales que representaban las constelaciones han sido sustituidos por personajes de la Biblia, como el arcángel san Miguel, la barca de san Pedro, y o la tumba de Cristo.

La obra del alemán Andreas Cellarius es titánica y espectacular. Nació alrededor del año 1596, en plena ofensiva de la Contrarreforma y con los rosacruces y otras sectas a punto de sacudir Europa. Fue matemático y cartógrafo. Su obra más célebre fue este hermosísimo Atlas Coelestis seu Harmonia Macrocosmica (1661), una de las obras más bellas y potentes de entre las muchas que se publicaron en aquella época. Es un plano del firmamento y sus estrellas, conforme a como fueron interpretados por Copérnico, Ptolomeo, Brahe y Arato. Se compone de 30 folios dobles pintados a mano, en color, acompañados de aproximadamente 200 páginas de texto explicativo en latín. Una edición posterior, con solo las láminas, fue publicada en 1708 por los editores asentados en Ámsterdam, Gerard Valk y Petrus Schenk el Joven. 

[Via www.rarebookroom.org]