Enigma, el misterioso perfume

Había sido fundada en 1798 en París por Pierre-Francois Lubin, en plena época posrevolucionaria. Pronto, la casa de perfumes dirigida por Lubin, en plena moda por los olores y perfumes entre la aristocracia, se convirtió en la preferida de reyes y reinas. Lubin suministró su perfume a medio mundo, incluido a los emperadores rusos. Tras su muerte, la compañía fue llevada por sus descendientes, hasta que en 1900 cayó en manos nuevas (Paul Prot & Cie), que mantuvieron el nombre.

Este perfume, llamado ENIGMA, constituye una bella rareza y muestra la fascinación que a finales del siglo XIX y comienzos del XX suponía todo lo que conllevaba misterio y peligro. Comercializado inicialmente en 1898, en su publicidad y diseño combinaba los antifaces y caretas al estilo de los primeros bandidos o las grandes mascaradas, con imágenes del ancestral Egipto, en la era de las exploraciones y donde cada año se publicaban nuevos hallazgos, y jeroglíficos. En 1921 fue relanzado en un frasco con forma de pirámide diseñado por Julien Viard.