Libros Ocultos (1): con piel y sangre
/El Kitab Al-Azif, que significa en lengua árabe «El rumor de los insectos por la noche» y que en el folclore de oriente sería el sonido producido por los demonios, fue escrito por Abdul Al-Hazred alrededor del año 730. Pero no fue hasta que se tradujo al griego por Theodorus Philetas que este volumen adoptó el nombre por el que hoy día es mundialmente conocido: Necronomicón.
Mucho se ha escrito sobre el contenido de este grimorio, tanto que hasta se pone en duda su existencia, pero lo que tal vez no sea de dominio público es que el continente original de la obra era la piel humana así como la sangre de la misma procedencia en la tinta usada en él.
A lo largo de la historia han sido muchos los libros que han utilizado partes del cuerpo humano para su composición, y aunque no se tiene un origen exacto de esta costumbre, que se terminó conociendo como bibliopegía antropodérmica, sí se puede señalar como su época de máximo esplendor el Terror de la Revolución francesa donde, como ultima venganza contra la nobleza, los jacobinos usaron la piel de los guillotinados para encuadernar su Constitución de 1793 y otros textos revolucionarios. Uno de los ejemplares de aquella Constitución del Año I fue adquirido por el Museo Carnavalet dedicado a la historia de la capital gala, dejando constancia de aquellas practicas.
Guy Fawkes estaba solo aquel 5 de noviembre en que fue detenido acusado de formar parte de La Conspiración de la Pólvora que intentó acabar con la vida del rey Jacobo I. Las autoridades torturaron a Fawkes, pero este no traicionó a ninguno de sus compañeros. A pesar de ello la suerte no acompañó a Henry Garnet, sacerdote jesuita que escuchó en confesión el plan para acabar con el rey y que, atado por el secreto de confesión, solo pudo advertir tímidamente a Roma para que se diese aviso a los católicos ingleses. Aquello le valió una detención y posterior juicio en el que se le encontró culpable por no advertir a las autoridades. La condena fue el descuartizamiento después de morir en la horca, tras lo cual su piel sirvió para encuadernar el libro titulado The whole proceedings against the late most barbarous traitors, Garnet a jesuit and his confederates. A los pocos días de la muerte de Garnet comenzó a correr el rumor de que la cesta en la que había caído su cercenada cabeza tenía impresa la cara del muerto, hecho que se repitió en la actualidad cuando el libro fue puesto en subasta en el año 2007 y muchos afirmaron ver aquella misma cara en la portada del volumen, que finalmente fue adquirido por un comprador anónimo por el precio de 5400 libras esterlinas.