Franquismo sin Franco o la canción prohibida de Kortatu
/Los famosos pitidos del directo Azken guda dantza y la censura sonora del franquismo sin Franco. No fue el único caso
Muchos lo tendréis por partida doble: el disco que incluye unos desagradables y desconcertantes pitidos y aquel que puede escucharse por entero sin interrupciones. Azken guda dantza (La última danza de guerra, en euskera), inicialmente editado en Nola!, fue el cuarto y último álbum de Kortatu, un disco en directo grabado en octubre de 1988 en el pabellón Anaitasuna de Pamplona. Kortatu cantaban, entre otras cosas, a la situación política en Euskadi, mientras se sucedían los secuestros, atentados y detenciones. El disco salió a la venta aquel mismo año en formato doble LP, pero al llegar a la canción «Aizkolari» iban y venían unos reconocibles pitidos que apagaban los gritos del público, que lanzaba vivas a ETA justo al comienzo del tema, entre un redoble de batería y unas guitarras que iban y venían.
Puede escucharse, sin censura, a partir del minuto 38 en la edición que hizo posteriormente Esan Ozenki, ya a comienzos de los noventa. En el minuto 39:30 vuelven a repetirse, así como en el 40:30.
Minuto 38:
Poco después del concierto, a finales de octubre, una noticia sacudió todas los noticiarios nacionales y ocupó las portadas de los periódicos. El empresario Emiliano Revilla, secuestrado por el grupo en febrero de aquel año, fue liberado. Apareció en su casa llevando una tarta cortesía de sus secuestradores. Cuando sus familiares le preguntaron que tal le habían tratado respondió que de forma «correcta», añadiendo que había comido estupendamente. Se hablaba de negociaciones y de una tregua que se convertiría en definitiva, pero como sabemos nada de eso sucedió.
Aún el gobierno socialista no había implosionado con escándalos y guerra sucia. Se hablaba y debatía y negociaba lejos de España, en Argel. Y sí, se alcanzó una breve tregua que saltó por los aires más tarde. No se veía una solución al conflicto, aunque la alusión a una «última danza de guerra» pareciese sugerir lo contrario y su cantante, Fermin Muguraza, también eligiese el título por el documental de Martin Scorsese, The Last Waltz (El último vals), sobre la despedida de The Band.
Kortatu fueron protagonistas de una de las escasas censuras sonoras a un disco tras la muerte de Franco y en un régimen pretendidamente democrático. Los gritos no fueron lo único suprimido en un disco de la banda vasca. En el clásico El Estado de las Cosas (Soñua, 1986), en la contraportada, una foto del rey fue suprimida, colocando en su lugar un borrón negro que lo asemejaba a un recortable.
Posteriormente, en la reedición que en 1992 hizo Esan Ozenki, vendría sin censura.