Jim Sullivan, el músico abducido por los extraterrestres
/La enigmática desaparición de Jim Sullivan hace 45 años ha desatado todo tipo de especulaciones. Desde el asesinato a la abducción extraterrestre después de que los marcianos escuchasen su disco U.F.O.
El 6 de marzo de 1975 los familiares y amigos de Jim Sullivan le perdieron la pista para siempre. El día anterior, una patrulla de policía de Nuevo México, alertada por las eses que realizaba mientras conducía su Volkswagen escarabajo, le dio el alto. Tras comprobar que no estaba borracho, sino agotado después de más de quince horas de conducción, le aconsejaron que buscase una habitación en el primer motel y descansase.
Sullivan se dirigió al motel La Mesa de Santa Rosa y pidió una habitación, aunque todo apunta a que no llegó a pernoctar en ella. A la mañana siguiente, fue visto a unos 42 kilómetros del motel y, desde ese momento, nunca más se supo de él. Poco después se encontró su automóvil con su documentación, algunos objetos personales, su guitarra y una caja de discos que siempre llevaba consigo para vender en las actuaciones.
Entre esos discos estaba U.F.O., su primer LP, grabado gracias a la ayuda financiera de sus amigos que, hartos de que ningún sello quisiera registrar sus canciones, aportaron su dinero para el proyecto. Además de dinero, sus amigos, muchos de ellos pertenecientes a The Wrecking Crew –los músicos de sesión de Los Angeles que grababan para Capitol, A&M, Verve o Reprise con artistas como The Beach Boys o Nancy Sinatra–, participaron en la grabación del disco. De este modo, y a pesar del reducido presupuesto, U.F.O. tiene arreglos suntuosos y un sonido elegante y cuidado impropio de un trabajo de principiante autoproducido.
Sin embargo, a pesar de la calidad de las composiciones de Sullivan y de la buena factura de la grabación en la que destacan los arreglos de cuerda y la batería de Earl Palmer, nadie quiso publicar el disco. Ni siquiera Capitol, sello en el que la esposa de Sullivan trabajaba de secretaria y en el que tenían contacto con los ejecutivos, decidió contratar al artista porque, según argumentaron, sonaba muy parecido a otros artistas de la casa como, por ejemplo, James Taylor.
Sufragado por sus amigos, su primer disco, U.F.O., cuenta con algunos de los miembros de The Wreking Crew , músicos de estudio que tocaron en Good Vibrations, Mr. Tamburine Man, California Dreamin’, Eve of Destruction, Mrs. Robinson o Rainy Days and Mondays.
Hartos de tantas negativas, Sullivan y sus amigos decidieron montar incluso su propio sello discográfico, Monnie, que solo sacó una referencia: U.F.O. Tampoco funcionó. Publicado en 1969, pasó totalmente desapercibido. Ni siquiera cuando en 1970 fue relanzado por una compañía profesional Century City Records, con una nueva portada y un nuevo orden en las canciones, el disco se vendió.
A pesar de todo, en 1972, Sullivan volvió a intentarlo. Grabó un segundo LP titulado sencillamente Jim Sullivan, que fue publicado por Playboy records, pero que tampoco tuvo la acogida esperada. En 1975, por tanto, todavía quedaban muchas copias por vender de esos dos discos en sus diferentes ediciones. De hecho lo único que no resultó extraño de su desaparición fue que en el coche del artista aparecieran algunas de ellas. Allá por donde iba, Sullivan hacía lo posible por venderlas.
Everybody’s talkin’ ‘bout the seventh son
James Anthony Sullivan nació el 13 de agosto de 1940. Era el séptimo hijo de una pareja de emigrantes irlandeses aficionados al esoterismo, especialmente a las teorías de Edgar Cayce, un curandero y psíquico estadounidense, que lo mismo sanaba enfermos, que encontraba pozos de petróleo, predecía el crack del 29 o encontraba soldados desaparecidos en combate para el ejército estadounidense.
Con ese bagaje, para la familia Sullivan James Anthony no era un hijo cualquiera. Según las antiguas leyendas, el séptimo hijo de una familia estaría dotado de talentos especiales que lo convertirían en un ser extraordinario. Una creencia de la que dan cuenta textos bíblicos, cuentos, narraciones o temas de blues, género que Jim comenzó a escuchar y a interpretar desde muy joven con su Sears Silverstone, una guitarra barata que se podía comprar en esos conocidos almacenes incluso por correo.
A principios de los años 60, Jim se casó, intentó probar suerte en el mundo de la música en el grupo The Survivors, pero finalmente se decantó por asociarse con un amigo para llevar un bar. Aunque parecía una aventura más segura que la música, el negocio fue un fracaso y Jim decidió trasladarse a Los Ángeles donde su esposa, Barbara Doran, comenzó a trabajar en Capitol Records.
Gracias al puesto de secretaria de Barbara, Jim pudo dedicarse a la música, escribiendo canciones y actuando en clubes de Hollywood donde, poco a poco, se fue forjando una cierta fama entre los habituales. Personajes de la industria del cine y el espectáculo como Lee Marvin, Farraw Fawcett-Majors o Harry Dean Stanton que le consiguieron algunos trabajos como participar de extra en Easy Rider.
A pesar de estar en el lugar preciso, no debía de ser el momento adecuado y todos los intentos de Sullivan por triunfar en la música resultaron fue inútiles. Deprimido después del fracaso de U.F.O., de su reedición y de las malas ventas de su segundo disco, Jim Sullivan, el artista comenzó a abusar del alcohol, lo que agrió su carácter y deterioró su matrimonio. Por esa razón, el 4 de marzo de 1975 decidió tomar distancia de su esposa e hijo y dirigirse a Nashville, donde su cuñada, con la que había coincidido en The Survivors, trabajaba como compositora y cantante. Tal vez en la ciudad del country el artista tuviera más suerte que en la California del pop. Nunca se pudo saber porque Jim Sullivan jamás llegó a Nashville.
El 6 de marzo se perdió toda pista del músico en las inmediaciones del rancho Gennettis, a unos 40 kilómetros del motel La Mesa. Algunas investigaciones apostaron por el asesinato, habida cuenta de que la familia Gennettis pertenecía a uno de los clanes de la mafia de Chicago. Sin embargo, el cadáver nunca fue hallado.
Otras versiones, las más extendidas y, sin duda más inspiradoras, sostienen que los extraterrestres, unas de las pocas criaturas que compraron el primer disco de Jim Sullivan, habrían escuchado el tema U.F.O. y habrían decidido abducirlo para llevárselo con ellos. Si es así, ahora Sullivan sí que está entre las estrellas, triunfando.