La «ultraviolencia» de Sigue Sigue Sputnik
/El nombre de la banda y la iconografía que manejaron pertenecía a la contracultura, los grupos armados y los bajos fondos. Provenía de Sigue Sigue Sputnik, una banda mafiosa de Moscú dedicada al lavado de dinero
Fueron una banda excesiva surgida tras la explosión del punk y la new wave, con algún miembro, como el bajista Tony James, que había fundado Generation X, la banda liderada por Billy Idol. Sigue Sigue Sputnik, que a mediados de los ochenta sonaban casi a diario gracias a enormes canciones como «Love Missile F-11», que alcanzó el número 3 en la lista de los singles de mayor éxito en 1986, explotaron una imagen que calificaban de «sucia, obscena y peligrosa», after punk y sintetizadores, algo así como un cruce entre Ziggy, The Cramps y la estética punk futurista. Y violencia, mucha violencia.
El nombre de la banda y la iconografía que manejaron pertenecía a la contracultura, los grupos armados y los bajos fondos. Provenía de Sigue Sigue Sputnik, una banda mafiosa de Moscú dedicada al lavado de dinero y dirigida con mano de hierro por un joven de 23 años que había aparecido en The Herald Tribune. La idea, al parecer, fue de Fachna OKelly, manager de The Boomtown Rats y por entonces impulsor del grupo. También existía una aterradora banda callejera en Filipinas que se llamaba así y que solía atacar a sus víctimas con cuchillos.
«Era perfecto. Reflejaba la esencia de la imagen que la banda quería proyectar», afirmó su cantante y fundador Tony James. El Sputnik había llegado en su momento adonde nadie había logrado hacerlo, pero con el tiempo quedó como un intento precario de los orígenes de la carrera aeroespacial, con perra incluida (la famosa Laika), por lo que el pretendido futurismo de la banda quedaba anticuado y kitsh, pura imaginería que mezclaba sexo con violencia.
El logo del grupo eran tres «C». «¿Estas preocupado?», le preguntó en una ocasión un periodista belga, en referencia al grupo armado Células Comunistas Combatientes que acaba de destruir con bombas incendiarias un supermercado. «Eso mismo es lo que podrían pensar de ti. La banda es vista tan capitalista», añadió. El logo de Sigue Sigue Sputnik era muy similar al del grupo (tres «C», en lugar de «S», y una estrella roja en el centro), que había comenzado la lucha armada en octubre de 1984 cuando atacaron con explosivos la sede de la sociedad Litton, una multinacional americana dedicada a la ingeniería militar.
En los años siguientes, dirigieron su actividad armada contra instalaciones de la OTAN, multinacionales, locales de partidos políticos belgas y centros estadounidenses. Si los comunistas de las CCC destruían la infraestructura militar europea, Sigue Sigue Sputnik calificaban a los F-11 como «misiles del amor» y decían que lo suyo era la «ultraviolencia».