Los fantasmales anarquistas que iban a hacerse con Barcelona
/Semanas antes del referéndum se extendió la noticia de que una «Internacional del Terror Anarquista» había viajado hasta Barcelona para «sembrar el caos» y apoyar a los independentistas. Al mes siguiente, el delirio informativo sacó a pasear a la brujería, los masones y el satanismo
La noticia era absolutamente inédita e insólita: una turba de peligrosos anarquistas dispuestos a construir fronteras y apoyar el referéndum catalán. Daba igual los antecedentes del escaso entendimiento que ha tenido el movimiento libertario con los grupos independentistas. Tampoco importó un precedente claro: la efímera proclamación de la República Catalana el 6 de octubre de 1934, donde los anarquistas, organizados alrededor de CNT y FAI y en medio de un levantamiento insurreccional en todo el país, no habían apoyado la proclamación: «Nuestra posición no ha sufrido variante... [ya que] para el pueblo escarnecido, para los explotados, no puede haber diferencia entres los gobernantes [...] todos son iguales en la persecución del proletariado, todos son fascistas cuando de defender los privilegios se trata. [...] Todo para la CNT. Nada para los políticos», afirmaron en un comunicado. Además, estaba el hecho del odio ácrata hacia una figura como Miguel Badia, de pasado armado y conspirativo al frente de Bandera Negra, una sociedad secreta catalanista que había intentado asesinar al rey, por lo que fue encarcelado. Tras ser amnistiado y ya proclamada la República, se convirtió en un hombre «de orden»: llegó a ser la cabeza visible de la Comisaría General de Orden Público y desató una feroz caza contra anarcosindicalistas. Badia fue uno de los promotores del Estat Català, pero cuando llegó el golpe fascista fue asesinado por un grupo anarquista como represalia por su pasado oscuro y represor.
Llegada de los «tenebrosos» anarquistas
Sin embargo, semanas antes del referéndum del 1 de octubre, a comienzos de septiembre, un fantasmal informador y una fuente que se decía «fiable» habían desatado un montaje policial y represivo absolutamente patafísico y sin sentido alguno: por vez primera en la historia, los siempre «activísimos» y «peligrosos» anarquistas habían fundado una tenebrosa «Internacional del Terror» dispuesta a apoyar a los independentistas. Los titulares advertían que «Cientos de anarquistas preparan su Internacional del Terror el 1-O» y similares. Desde Alemania o Italia, a bordo de trenes o viajando en coches particulares, habrían tejido un plan cuyo objetivo no sería otro que sembrar el caos en las calles de Barcelona en pro del referéndum. La situación, según algunos medios, era explosiva, todo un «desembarco», como lo calificó El Confidencial.
«El escenario no podía ser más amenazador. Cumbres negras y atentados a manos de una nueva Bandera Negra»
«En las últimas semanas se ha producido en Cataluña un desembarco masivo de anarquistas de toda Europa para participar en la agitación callejera que se prepara con motivo del 1 de octubre. Este desembarco forma parte de la estrategia radical para tensionar la situación y tratar de movilizar al electorado de cara al referéndum independentista», informaba El Confidencial, el primero que difundió la noticia. ¿La fuente? «Solvente», por supuesto, pero del todo opaca: «Según ha podido conocer El Confidencial de fuentes solventes, solo de Italia han llegado más de 120 activistas que han “okupado” inmuebles en varios pueblos de la costa al norte de Barcelona. Otro importante colectivo llegó de Alemania, aunque no tan numeroso, que también se instaló en poblaciones vecinas».
La hoja de ruta del fantasmal anarquismo internacionalista, pero paradójicamente independentista, era tan rocambolesca que, según esa fuente «solvente», se haría con las calles hermanándose con la CUP, ya convertida en bestia parda del delirio informativo: «Las mismas fuentes explican a El Confidencial que esperan que durante las próximas semanas haya “grandes movilizaciones en las calles catalanas”, con una situación paradójica: mientras las instituciones están controladas por Junts pel Sí y la CUP, las calles estarán solo controladas por la CUP, lo que deja al Gobierno catalán en manos de los radicales, que son quienes modularán la tensión ciudadana».
La «Cumbre» que nadie vio
Al igual que en los tiempos de la literatura de fin de siglo, con Joseph Conrad y su novela El agente secreto a la cabeza, sin olvidar a los nihilistas de Dostoievski y el affaire más famoso de la historia anarquista (las relaciones entre Mijaíl Bakunin, que apareció a lomos de un elefante y en plena persecución por el centro de Londres en El hombre que fue jueves, de Chesterton, y el fanático nihilista Nechayev), según El Confidencial había tenido lugar una reunión entre peligrosísimos elementos anarquistas, varias decenas. Se aseguraba que, tras el encuentro, habían decidido acudir en masa a la cita electoral. Si alguien hubiera hecho un retrato de la fantasmal reunión, podría ser parecido al que hizo Ilya Repin de un grupo de revolucionarios rusos en la época del terror nihilista. A oscuras, entre alcohol y airadas proclamas, un grupo de barbudos, la plana mayor del activismo ácrata.
El cónclave tenía la gravedad y seriedad, según el periódico, de ser toda una «Cumbre»: «En la organización de esta “cumbre”, según ha podido conocer El Confidencial, pueden haber participado pequeños colectivos radicales con dilatada experiencia en violencia callejera, algunos de los cuales ya fueron investigados a finales del 2014. Las fuentes consultadas subrayan que “la situación ha cambiado mucho desde entonces, ya que ahora nos encontramos al final de un proceso, circunstancia que puede ser utilizada para volver a incendiar las calles de Barcelona”. Al menos un conocido activista social vinculado a una formación política radical está en el punto de mira policial como uno de los dinamizadores de estos sectores».
Por supuesto, tras la decisiva jornada no hubo ni rastro de incidentes protagonizados por peligrosos anarquistas. Los anarquistas, que según estas fuentes tan «solventes» inundaban las calles de Barcelona y se refugiaban en casas okupadas, parecían haberse esfumado. Ni una sola noticia de actos violentos y conspiraciones en marcha, pero el anarquismo catalán se convertía, por enésima vez, en el elemento oscuro e imprevisible que azuzar cuando convenía. El escenario no podía ser más amenazador. Cumbres negras y atentados a manos de una nueva Bandera Negra que jamás nadie vio.
Tras el anarquismo entran en acción los satánicos y la masonería
«Junto a los encapuchados anarquistas y los mil y un Nechayevs, ahora entraba en juego la... brujería, los masones y los escurridizos seguidores de la Mano Izquierda»
Después de este bulo convertido en una noticia tan seria como para ser «fiable», según El Confidencial, días después llegó la siguiente vuelta de tuerca. Los protagonistas eran otros, desde luego, pero la impresión que se daba era que Cataluña se había convertido en receptáculo de un Mal aterrador y asombroso. A la siempre rentable imagen del encapuchado sedicioso, había que sumarle algo más amenazante y conspirador, pero ¿qué exactamente? Junto a los encapuchados anarquistas y los mil y un Nechayevs encapuchados y misteriosos, ahora entraban en juego la brujería, los masones y los escurridizos seguidores de la Mano Izquierda.
Medios de información como Alerta Digital, por ejemplo, confirmaron la «conexión rumana-catalana» con los pérfidos satánicos. En la escena no faltaba de nada. Si El Confidencial y sus fuentes «fiables» había descrito un retrato absolutamente tenebroso del anarquismo (encapuchados e infiltrados, reuniones y pactos secretos, casas okupadas convertidas en guaridas...), ahora emergían los cultos oscuros, cuyo líder supremo era Carles Puigdemont, ahora hechizado por una «pérfida» mujer, que no era otra que su esposa: «El día de la toma de posesión de Carles Puigdemont, como presidente de la Generalitat, su mujer [Marcela Topor] le regaló una réplica de El gallo de Horezu, una negra y mítica cerámica de la región de Bucovina que augura buena suerte. Como si de una nueva bruja llena de siniestros augures se tratara, su mujer invocó a los espíritus (demoníacos), para que lo iluminaran en su nueva tarea. Por lo tanto se sabe que el actual presidente de Cataluña practica la brujería, que es una variante del satanismo, así como también que es masón».
Y no solamente eso. Según estos medios, Puigdemont era aficionado a disfrazarse de nigromante e incluso su luna de miel la había pasado en las siempre siniestras tierras de la lejana Transilvania. Un nigromante en búsqueda y captura o un malo malísimo que devorará a tus hijos.
Por cierto, los anarquistas pertenecientes a la Internacional del Terror, según estas mismas fuentes, no habrían abandonado las tierras catalanas. Así que posiblemente sigan estando ahí, agazapados, siempre dispuestos a levantar fronteras, sembrar el caos, brindar con una calavera como improvisada copa. Recordad: se reúnen en lugares que nadie puede ni sospechar, fundan casi aquelarres en los que señalan a jefes de Estado y a políticos. Ahora, hasta son independentistas. Así que sí, siguen estando ahí. Pueden ser «resucitados» cuando convenga por estas mismas fuentes «solventes». Basta un misterioso informador, un ordenador, un titular.