Los jinetes que combatieron al fascismo

Las imágenes que se conservan (tropas a caballo con sable o fusil en mano), comparadas con la de otros ejércitos de distintos países europeos, parecen un anacronismo de las antiguas guerras que, al estallar la Guerra Civil, ya habían incorporado las brigadas motorizadas, con potentes camiones y automóviles. La antigua Caballería había sido transformada en Acorazada. Las fuerzas antifascistas, con el estallido de la guerra, también lo hicieron, pero mantuvieron a la vieja y «romántica» caballería.

 

Sin embargo, el papel de los jinetes antifascistas no fue espectacular, pero no por falta de fe y decisión para frenar a Franco. Al inicio del levantamiento fascista, los combatientes a caballo se mantuvieron muy activos, sobre todo entre los brigadistas internacionales y las fuerzas comunistas. Aún el territorio estaba sin controlar y las vastas extensiones necesitaban de una gran movilidad. Muchos jinetes armados, en las primeras contiendas, cabalgaron con cierta autonomía. Se trataba de milicianos que realizaban labores de vigilancia. Entre las brigadas de jinetes antifascistas la más célebre fue posiblemente la creada en Úbeda, constituida por tres Regimientos con dos Grupos de Sables más un Escuadrón de Armas Automáticas, aunque no llegó a actuar. Por su parte, el Partido Comunista formó en Madrid el Regimiento Jesús Hernández y la Generalidad catalana contó con tres Grupos de Reconocimiento para ayudar a las Divisiones de Infantería que por entonces estaban en fase de constitución.

Pero algunos jinetes vivieron auténticas escaramuzas y combates, como en febrero de 1937, cuando varios escuadrones de las Brigadas Internacionales se enfrentaron a las fuerzas nacionales en la célebre batalla del Jarama. Además, cabalgaron y resistieron a las tropas fascistas que iban camino de  la carretera de Valencia. Al mes siguiente fueron vistos combates a caballo durante la batalla de Guadalajara (Regimiento Nº 1 y un Escuadrón de la XII Brigada Internacional).

En la película producida por la FAI La batalla de Farlete (1936), que describe las operaciones militares de la legendaria Columna Durruti en Osera, Bujaraloz Y Pina de Ebro (septiembre y octubre de 1936), a partir del minuto 5:55 hacen aparición los jinetes antifascistas. En Bujaraloz y Osera se describe la huida de la caballería mora. También se muestra el cadáver de un rifeño con los emblemas de la Falange mientras el locutor comenta: «Las cinco flechas de la Falange sobre un pobre rifeño, arrancado de la crónica miseria del Rif con promesas de duros sevillanos y de indulgencias papales (minuto 7:50).

Sin embargo, lamentablemente, el combate a caballo más espectacular y que recordó a las míticas cargas del Oeste americano, tuvo como protagonista a la brigada de caballería fascista durante la sangrienta batalla de Teruel. La carga fue tan numerosa (unos tres mil soldados) y espectacular (penetraron veinte kilómetros en territorio republicano), utilizándose por supuesto a expertos jinetes entrenados en el norte de África, que los antifascistas retrocedieron apresuradamente.

El ardor y pasión de los jinetes antifascistas, mientras la guerra se prolongaba y Franco avanzaba, no pudo hacer frente a las numerosas ayudas con las que contaron las fuerzas nacionales, mejor entrenadas y equipadas. Italia y Alemania socorrieron al futuro dictador. Los gobiernos de Europa, por su parte, dieron la espalda a la España republicana. Fue la última vez que en España se vio la figura de los jinetes antifascistas