Marcial Llorente, un cura español amante del ruido y la velocidad
/España tuvo su particular Bill Shergold, aunque lógicamente a su manera. En los años cincuenta, en pleno franquismo, era casi imposible ver a rockers por las calles, pero sí el boom de la motocicleta. Es posible que algún conductor o paseante se sorprenda al llegar a Pelayos de la Presa, un hermoso pueblo de la Comunidad de Madrid, y escuchar los sonidos de motos de gran cilindrada. Además, la sorpresa irá en aumento cuando se encuentre ante la llamada «Catedral Motera», que anualmente acoge un famoso encuentro motero. Nuestro Shergold se llamó Marcial Llorente, párroco de este municipio en 1952. Marcial era un amante de las motos y era frecuente verlo ir de un lado a otro con su hábito, alzacuellos y gafas de motorista a bordo de su Ossa 125A.
Inicialmente, la empresa OSSA (Orpheo Sincronic, Sociedad Anónima), fundada por Manuel Giró Mingella, fabricaba maquinaria cinematográfica antes de dedicarse a la fabricación de motocicletas y a los motores para embarcaciones marinas. Su primera moto apareció en 1942, un prototipo con motor Motobécane. Un piloto experimentado y mecánico como Santiago Herrero fue contratado por la marca para hacer pruebas con la máquina. Pronto, la OSSA se convirtió en una moto muy popular en los años del franquismo.
Cuando tenía solamente 26 años perdió la vida en un accidente precisamente de moto. Regresaba de atender a unos enfermos. Según se cuenta, se le enganchó la sotana a la moto y perdió el equilibrio, estrellándose fatalmente. La tradición motera fue continuada décadas más tarde cuando el padre Gonzalo llega al pueblo para dirigir su iglesia. También amante de las motos, decidió crear un encuentro y día de reunión de decenas de motoristas, que continúa actualmente.