Nuestro soft porn: la provocadora y pionera revista Mundo Galante


Incluía un «Correo del amor», pensamientos amorosos y láminas fotográficas que fueron calificadas de «indecentes». La sicalipsis hizo temblar a España

 

Nuestro pasado cultural mantiene aún omisiones demasiado clamorosas. Una de ellas es el riquísimo mundo de la sicalipsis y las variedades, que inevitablemente iban unidos a cuestiones que tenían que ver con la sexualidad, la picardía o el feminismo. Mundo Galante fue una revista editada en Madrid de 1912 a 1916 por Ramón Gil, y uno de los máximos exponentes del tipo de publicaciones consideradas como eróticas, según los cánones de la época. El nombre posiblemente fue tomado de una zarzuela cómica, del mismo nombre, estrenada en septiembre de 1910 en el Teatro Barbieri de Madrid, auténtico templo sicalíptico.

ESPAÑA ABURRIDA VERSUS ESPAÑA ALEGRE

«La vida es de suyo demasiado triste y, como los buenos condimentos, necesita un poco de sal y de pimienta, un algo de alegría sana»

¿Qué era exactamente la revista y cuáles sus propósitos? En su número 1 se incluye esta editorial que, a su vez, hace de pequeño manifiesto:

«Lector: Llegamos a esta plaza del mundo, a esta palestra de combates para entretenerte y deleitarte. No aspiramos a una estimación depravada. La vida es de suyo demasiado triste y, como los buenos condimentos, necesita un poco de sal y de pimienta, un algo de alegría sana.

Esto queremos servirte, sin caer en lo bajo, ruin y grosero. En las páginas de Mundo Galante encontrará el aficionado grato entretenimiento, divertidas lecturas, graciosas historietas, retratos de las mujeres más hermosas del mundo y magníficas fotografías. Lo mismo que el artista podrá reunir con nuestros grabados una gran colección de estudios académicos, un álbum escogido, selecto, que formará el libro más interesante de la belleza humana. Pintores, escultores, grabadores, orfebres, litógrafos dispondrán así de una documentación fotográfica inapreciable. No se ha realizado en España un esfuerzo editorial semejante al que lleva a cabo Mundo Galante, ofreciendo por solo DIEZ CÉNTIMOS magníficas reproducciones de las joyas artísticas que son admiración y pasmo de las gentes en los grandes Museos. Además, la fotografía que es hoy un auxiliar asombroso del Arte, nos proporciona composiciones de la más pura belleza y retratos de las más hermosas y afamadas artistas. Este álbum, tirado en magnífico papel couché, tiene la ventaja de que puede destacarse de las páginas de lectura, para lo cual lo damos en forma encuadernable e independiente. Conservando todas las que se irán publicando en números sucesivos, el lector llegará a formar un portfolio inimitable, un libro precioso, que constituye por baratura extraordinaria un verdadero regalo. Las fotografías irán todas numeradas con el fin de corresponder a las bases del CONCURSO, que se inserta en la penúltima página. El texto y las caricaturas que han de completar este trabajo serán un alegre homenaje a la Galantería, una evocación francamente risueña de aquellos maestros inimitables que escribieron La gardenia de Sevilla, El diablo Cojuelo, Estebanillo González y otras cien obras inmortales del género picaresco. Nuestro verdadero enemigo es la ñoñez. Y por temer el rigor de la censura de tantos zoilos y mojigatos ignorantes, solicitamos de ti, lector, la merced y el favor del aplauso. Ya lo sabes; te damos por poco dinero Arte y alegría sana. Como dijo uno de nuestros clásicos, Mateo Alemán: “En las mesas espléndidas manjares ha de haber de todos gustos; vinos blandos y suaves que, alegrando, ayuden a la digestión y músicas que entretengan”».

«Algunas chicas se meten a monjas; otras no se meten nada»

No era la única revista de este tipo. En el sicalipsis había luminarias en papel como Sicalíptica, Chicharrito, La Avispa o La Hoja de Parra, entre otras, dedicadas a comentar noticias sobre cuplé y variedades, pero lo mismo en el mundo del erotismo, nuestro particular soft porn de la época. Sus secciones eran muy variadas, destacando los pensamientos y citas, algunas de ellas con claros significados sexuales («Algunas chicas se meten a monjas; otras no se meten nada»), y por supuesto el correo sentimental, pionera en las «Cartas al Director» que se harían famosas. Los consejos, dentro del «Correo del amor», que contestaba una chica con seudónimo, aunque posiblemente fuese un hombre por los comentarios claramente machistas, eran sobre temas de sexo y relaciones amorosas. Los álbumes de fotos, cuyo público era masculino, iban precedidos de una advertencia que pretendía explicar, aunque malamente, el porqué de estas láminas con semidesnudos: «Fíjense nuestros lectores que les ofrecemos a continuación un álbum soberbio de la BELLEZA FEMENINA, una preciosa galería de hermosas artistas, de cuadros célebres, de composiciones fotográficas, reproducidas con toda perfección en magnífico papel couché».

EL CLUB TERRIBLE

Otras publicaciones pioneras, como decíamos, fueron revistas como La Hoja de Parra, editada un año antes que Mundo Galante, en lo que ya era todo un género de publicaciones «galantes».  En esta, en su número dos, se publicaron unos Estatutos para fundar un club de terrible, que proclama lo siguiente: «En esta fecha queda constituida en Madrid una Asociación de ciudadanos que se consagra única y resueltamente a hacer el amor a toda mujer, cualesquiera que fuese su edad y condición». Por sus páginas colaboraron escritores ya consagrados como Vicente Blasco Ibañez o Ramiro de Maeztu.  

La Novela Pasional, coleccionable y absolutamente deudora de Sade, fue una aventura editorial que reportó grandes éxitos a sus editores. Se publicó en 1924 y sus portadas eran claramente sexuales. Hay látigos, imágenes explícitas y títulos potentes.

Antes, justo con el cambio de siglo, abrieron el camino otras revistas como París alegre o Vida galante, que se sumaron al éxito de la novela erótica en España. Las revistas «galantes», como las eróticas, nudistas y naturalistas o dedicadas a las variedades, vivieron su esplendor en los años veinte, pero en los treinta comenzaron a vislumbrar su final, con una progresiva decadencia que terminó con su liquidación total con la guerra y la llegada de la dictadura.