Los increíbles pájaros de luz y fuego de Kenojuak Ashevak


La artista inuit Kenojual Ashevak dedicó su vida a pintar centenares de aves entre la fantasía y el folclore, una naturaleza viva e invisible

[Vía Mujeres Bacanas]

Kenojuak Ashevak fue una importante artista canadiense, considerada como una de los pioneras más notables del arte moderno Inuit. Kenojuak nació en un iglú en un campamento en el sur de la isla de Baffin. Su padre, Ushuakjuk, era cazador y comerciante de pieles inuit, además de un respetado chamán. Debido a sus creencias Ushuakjuk entró en conflicto con conversos cristianos y fue asesinado cuando Kenojuak tenía solo seis años. Tras la muerte del padre la familia se fue a vivir con su abuela materna quien le enseñó artesanía tradicional, incluida la reparación de pieles de foca para comercializar.

En 1950 fue diagnosticada con tuberculosis y enviada, contra su voluntad, a un hospital en Quebec, donde permaneció más de tres años. Durante su estadía ahí aprendió a hacer muñecas y otras artesanías que llamaron la atención de James Archibald Houston, promotor artístico. En 1958, su primer grabado, Rabbit Eating Seaweed, se transformó en una obra muy reconocida.

Kenojuak Ashevak en su estudio

Kenojuak Ashevak en su estudio

Kenojuak trabajó con grafito, lápices de colores y pintó con acuarelas o acrílicos. También creó grabados en piedra muy apreciados por museos y coleccionistas.

En 1963 Kenojuak fue objeto de un documental del National Film Board sobre arte esquimal, entonces la artista tenía 35 años y la película la mostraba tallando un bloque de relieve en piedra y luego aplicando tinta para dar vida a coloridos grabados. Ashevak creó varios trabajos para conmemorar la creación de Nunavut, el tercer territorio canadiense. Diseñó varios dibujos para sellos y monedas canadienses, y en 2004 creó el primer vitral diseñado por los inuit para la Capilla John Bell en Oakville, Ontario. En 2017, el billete de $10 que se lanzó para celebrar el 150 cumpleaños de Canadá presenta un trabajo de Kenojuak.

Su trabajo se puede encontrar en las colecciones de los principales museos canadienses. En total tuvo dos matrimonios, 11 hijos biológicos y adoptó cinco más; pero siete de ellos murieron en la infancia debido a la tuberculosis. Hasta su muerte, el 7 de enero de 2013 a los 87 años, continuó creando nuevos trabajos y fue una de las últimas artistas vivas de la Cooperativa Eskimo de West Baffin.