Pulp y crimen: las manos nos delatan


Una selección de portadas de la literatura de los bajos fondos y el crimen con manos «asesinas»

Las huellas dactilares nos delatan, lo mismo que las marcas de la palma de la mano. Las manos revelan lo que permanece invisible o lo intenta, parecen representar la naturaleza humana. Un vistazo a unas manos despierta temores o sensaciones de seguridad, protección o amenaza. En M (en España, M, el vampiro de Düsseldorf; en México, M, el maldito, en Argentina, El vampiro negro), la película clásica e inmensa de 1931 dirigida por Fritz Lang, las manos aparecían en el cartel publicitario. Una palma de la mano bien abierta con la «M», la marca del asesino, bien grande. Está parcialmente inspirado en el caso real del asesino en serie Peter Kürten, quien mató a varios niños en la ciudad de Düsseldorf. Es precisamente una marca, esa «M», inicial en alemán de «Mörder» («Asesino»), la que en un momento dado plantan en la espalda del asesino para identificarlo.

M, el vampiro de Düsseldorf, cartel original

M, el vampiro de Düsseldorf, cartel original

Esta es una selección de «manos asesinas» herederas de Kürten, Lang, del vampiro, tomada de la literatura pulp policíaca sobre todo de los años cuarenta y cincuenta.