¡Son Cheyennes!

Sucedió a finales de los sesenta. La juventud buscaba una vía de escape a la opresión franquista. Las fiestas privadas y guateques, organizadas regularmente en casi cualquier lugar (pisos, casas abandonadas, descampados perdidos), concentraban cada vez a más jóvenes metidos de lleno en la cultura de la época, con el rock and roll, la psicodelia y la provocación estética. Por vez primera, en ciudades como Madrid o Barcelona, comenzaba a hablarse de bandas callejeras. No fueron casos aislados. En otras ciudades surgieron fenómenos parecidos. En Zaragoza, por ejemplo, una de las bandas más célebres y que tuvo en jaque a la policía fueron los Cheyennes, formados por veinte o treinta jóvenes proletarios. Esta imagen pertenece al expediente policial abierto contra sus integrantes tras la entrada y registro en uno de aquellos guateques. Junto al titular de la noticia («Una banda juvenil —“Los Cheyennes”— descubierta y arrestada por la Policía»), podía leerse: «En una finca de Delicias protagonizaban las más escandalosas orgías, acompañados de jovencitas de catorce a veinte años. Habían implantado un sistema de terror y nadie se atrevía a denunciarlos». 

La foto no recoge a todos los detenidos, que llegaron a ser más de veinte, incluidas varias chicas. Al parecer, la fiesta estaba bastante bien organizada. El dueño del terreno donde se realizó cobraba un alquiler (puede verse posando detenido con bigote, justo en medio de la imagen) y los Cheyennes ponían la droga y la diversión. También detuvieron al dueño de un bar donde solían reunirse y que también sale en la foto. Según los agentes, el jefe era un tal Roberto Herrero Campos, de 19 años, de profesión pastelero y con antecedentes por robo. La Zaragoza de entonces estaba escandalizada por las actividades tanto de los Cheyennes como de otras bandas, y hasta la Iglesia hizo su particular campaña de agit prop, repartiendo octavillas en los barrios obreros donde advertía a los chavales de lo «peligroso» que era juntarse con pandillas. ¡Ah! También se incautó un tocadiscos marca Dual.