Topsy, la elefanta que murió electrocutada, y Thomas Edison

Las imágenes de su ejecución han quedado como el funesto testimonio de una insólita época, donde los inventos y la modernidad pugnaban con la crueldad. Topsy, la elefanta asesinada en 1903, había nacido en 1875 y, desde un principio, había crecido en el mundo de los circos, actuando en el Forepaugh Circus de Coney Island. Sin embargo, mató a tres hombres, incluido a un domador borracho que le daba de comer cigarrillos encendidos. Sus propietarios la consideraron un peligro, así que decidieron matarla.

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El caso tuvo una gran repercusión mediática. Varias asociaciones animalistas, entre las que estaba la American Society for the Prevention of Cruelty to Animals, se opusieron a su ejecución. Pero Topsy, según muchas voces, debía morir. Por ello, comenzó un debate acerca de la crueldad de su muerte, y hubo quien planteó otras alternativas. Fue en este momento cuando intervino Thomas Edison, enfrentado con su «enemigo» Nikola Tesla debido a los peligros de la corriente alterna y las ventajas de la corriente continua. Edison, hábilmente, trató de que fuese electrocutada con corriente alterna, con lo que conseguiría probar los peligros de esta, llegando a convencer a la protectora de animales.

Finalmente, mientras todo era grabado (Electrocuting an elephant, Thomas Alva Edison, 1903), Topsy se encaminó hacia su muerte convertida en espectáculo y ante más de un millar de personas. Antes de electrocutarla, se le dio de comer zanahorias rellenas con 460 gramos de cianuro de potasio. A continuación se le aplicó corriente alterna procedente de una fuente de 6 600 voltios, que la mató en menos de un minuto. El 20 de julio de 2003 se inauguró un monumento en su honor en el Coney Island Museum.