¡Polis, temblad! Somos las Forty Elephants
/Durante años fueron perseguidas por la policía inglesa y trajeron en jaque a las autoridades de Londres. Las Forty Elephants, llamadas así porque se crearon en Elephant And Castle, fueron una célebre banda de ladronas sumamente organizada, formada exclusivamente por mujeres que robaban grandes almacenes y tiendas exclusivas, y que defendían su territorio a navajazos.
Elephant And Castle
Actuaban fuera de los célebres almacenes de Selfridges, en Oxford street, alrededor de 1915 y, con el tiempo, llegaron a acumular una pequeña fortuna resultado de sus centenares de robos, sobre todo en joyería y ropa cara.
Lilian Rose Kendall, de las Forty Elephants
El aspecto de las Forty Elephants era elegante y distinguido. No despertaban sospechas entre vigilantes y policías, y eran muy rápidas. Una de sus líderes fue Alice Diamond, quien llegó a ser considerada la reina de los ladrones de Londres, aunque un mal golpe la llevó a prisión. Entonces fue sustituida por Lilian Rose Kendall, más conocida como «Bobbed-Haired Bandit». Las Forty Elephants adaptaban sus lujosos vestidos para esconder joyas o llegaban en taxis o limusinas lujosas, para luego robar de una forma que las convirtió en escurridizas. Funcionaron durante varios años, incluidos los años de la guerra e incluso durante al periodo de entreguerras.
Florrie Holmes, de las Forty Elephnats
La historia de las Forty Elephants terminó la noche del 20 de diciembre de 1925, tras una década en que se ganaron el respeto entre el hampa de la ciudad. La mayor parte de ellas fueron detenidas durante un registro en el Canterbury Social Club, donde solían acudir. Sin embargo, no se dejaron detener fácilmente y, durante horas, resistieron a la policía a botellazos, pedradas y navajazos.
Alice Diamond, una de las líderes de la banda
Maggie Hugues, detenida y encarcelada en 1923 por robar collares de diamantes
Habían pasado los gloriosos años de la banda. Alice Diamond, que ya estaba en la calle, cuando sonaron la sirenas en toda la ciudad alertando de los bombardeos nazis, no quiso ser evacuada. Desconfiada y reticente a contar su historia, jamás colaboró con la policía o el gobierno. Falleció en 1952, en unos años en que hay quien incluso asegura que la banda aún seguía funcionando. Prácticamente sin salir de casa sufría una severa esclerosis múltiple. Tenía 55 años y surgía la leyenda de las Forty Elephants.
