Balas, herraduras, cadenas y rock and roll
/Los temidos Halbstarken fueron una de las subculturas más fascinantes, una réplica a teddy boys y greasers, pero increíblemente originales y extremos
Fueron una de las subculturas más excesivas y fascinantes. Y también, en gran medida, semidesconocidas. Los numerosos, agresivos y temerarios Halbstarke (literalmente «medio fuerte») brillaron con luz propia, defendiendo su territorio como auténticos locos del rock and roll y, con frecuencia, poniendo en jaque a la policía.
A comienzos de los sesenta, en plena explosión de los Halbstarke, como réplicas a los teddy boys ingleses, greasers americanos y blouson noirs franceses, el suizo Karlheinz Weinberger era un fotógrafo bastante desconocido dedicado a retratar a las bandas, a los fans de todo tipo de causas perdidas, a los vándalos de media Europa. Surgidos a mediados de los cincuenta, los Halbstarke se extendieron por Alemania, Suiza y Austria, desapareciendo una década más tarde con la llegada de la generación del 68. Al igual que el resto de subculturas, el cine los encumbró y retrató aún más fieros y violentos, como en la célebre película de 1956 Die Halbstarken, en realidad la respuesta a The Wild One y Rebel Without a Cause.
La cinta vino precedida de la conmoción que produjo la multitudinaria batalla campal del 30 de diciembre de 1956 cuando 4.000 de ellos quedaron en Dortmund y, al poco, comenzaron a producirse todo tipo de peleas, saqueos y enfrentamientos con la policía. Lo mismo sucedió dos años después con la visita de Bill Haley a Berlín cuando el teatro en el que actuó junto a sus Comets fue arrasado por grupos de Halbstarken.
Lo cierto es que su peculiar estilo (siempre de negro, o con ropa vaquera) se convirtió en el «uniforme de la delincuencia» para la prensa y, cierto o no, a partir de esa fecha se recogieron numerosos casos de agresiones a manos de bandas de Halbstarke, que robaban y golpeaban arbitrariamente. Ante la cercanía del pasado nazi, rápidamente fueron descritos como una nuevas tropas de choque, las nuevas SA.
Aunque no tenían ningún vínculo con el nacionalsocialismo, fueron los primeros en exhibir cascos pertenecientes a la antigua Wehrmacht, recordando a los motoristas que magistralmente filmó Kenneth Anger o a los primeros Hells Angels.
En Rebel Youth, la primera publicación póstuma dedicada íntegramente a la obra de Weinberger, se recogen muchos de esos retratos. El fotógrafo caputuró aquel momento, a aquellos chicos y chicas que construyeron una imagen e identidad muy marcadas, un universo exuberante presidido por su amor al rock and roll y, concretamente, a Elvis Presley. Lo más sorprendente es que, comparados con los fans americanos e ingleses, su imagen es mucho más agresiva, e incluso homoerótica, inusitadamente original, exhibiendo espectaculares y grandes hebillas de cinturones (fueron una de las primeras subculturas que lo hizo), cadenas, balas, tornillos, herraduras, cascos e incluso cartucheras con cuchillos.