¡Santos murciélagos! Cuando Drácula conoció al Hombre Araña
/Superado el “pánico moral” de los años cincuenta, Drácula, Frankenstein y el Hombre Lobo gozaron de una segunda juventud en los años 70, gracias a los comics de superhéroes. No se contentaron con protagonizar sus propias colecciones, sino que al compartir universo con Batman o Spiderman sus caminos se cruzaron en repetidas ocasiones.
Si bien es cierto que novelas como Drácula y Frankenstein ya habían sido adaptadas al cómic, en virtud de un pedigrí literario que traspasaba los límites prefijados por la Comics Code Authority, fueron Marvel y DC quienes devolvieron las historietas de terror a los kioskos con colecciones como Secrets of the Haunted House, House of Mystery, The Witching Hour o Weird War Tales. Rebajaron el nivel de sangre y eliminaron de sus textos palabras clave como “zombie” o “psicópata” para eludir a la censura, aunque la opinión pública ya había asumido que la reacción histérica que desembocó en la prohibición de EC Comics había sido, cuanto menos, desproporcionada.
Mientras otros editores más osados, como Warren y Skywald, tomaron el atajo de las revistas para adultos en blanco y negro para explorar los límites del horror, la violencia y el sexo en cabeceras históricas como Eerie, Creepy, Vampirella, Nightmare, Psycho o Scream, la todopoderosa Marvel se apresuró en lanzar una línea editorial formada por Vampire Tales, Monsters Unleashed y The Haunt of Horror, en un intento por frenar el avance de su competencia más directa.
Para distinguirse de sus rivales, echaron mano del repertorio de personajes del terror clásico, convertidos en iconos de la cultura pop y, lo que es más importante, libres de derechos de autor. Ajeno a la fuente literaria original, el conde transilvano sirvió de reclamo para las historietas autoconclusivas publicadas bajo el engañoso título de Dracula Lives! antes de protagonizar su propia colección de periodicidad mensual y a todo color. Con Archie Goodwin al timón, The Tomb of Dracula se apropió de la fórmula narrativa de los comics de superhéroes incorporando al Señor de los Vampiros como supervillano invitado en otras series del Universo Marvel, enfrentándole contra Blade, Spider-Man, La Patrulla X, Thor, Howard el pato e incluso contra el personaje Solomon Kane creado por Robert E. Howard. En realidad, se trataba de una tradición marca de la casa y, del mismo modo que Stan Lee concibió a Hulk como un cruce entre el Dr. Jekyll & Mr. Hyde y el monstruo de Frankenstein, otros personajes como Morbius, Doctor Extraño, Baron Blood o Man-Thing acostumbraban a convivir en armonía con los supervillanos más tradicionales de Marvel. La respuesta popular fue entusiasta y The Tomb of Dracula alcanzó los setenta números, gracias a la formidable labor de Marv Wolfman al guion y Gene Colan a los lápices. Juntos crearon una nueva mitología en torno al personaje que propiciaría spin-offs como Werewolf By Night y The Living Mummy.
Marvel Comics se apropió de la fórmula narrativa de los superhéroes para incorporar a Drácula como supervillano invitado en sus historietas
Aunque estos personajes eran de dominio público, DC evitaron usarlos para evitar que Marvel emprendiera acciones legales en el hipotético caso de que una nueva versión de Drácula se asemejara demasiado a la de su marca registrada. Durante mucho tiempo, lo más cerca que estuvo el Hombre Murciélago de conocer a Drácula fue al luchar contra un vampiro en un número especial de Detective Comics, pero pasarían muchos años antes de que se produjera el cruce definitivo entre ambos. En la actualidad, habida cuenta del continuo fracaso de los esfuerzos para crear un Universal Monster Universe que rivalice con las franquicias cinematográficas de superhéroes, el salto a la pantalla de Morbius y Werewolf by Night invita a soñar con una nueva era dorada del monster mash. Pero con las películas de superhéroes (y también los propios comics) tomándose a sí mismos más en serio de lo necesario, las posibilidades de que estos crossovers se materialicen se nos antojan menos atractivas que antaño.