Quiero ser Indiana Jones

Es el 12 de junio de 1981 y a las pantallas de los Estados Unidos llega la primera aventura del Dr. Henry Walton Jones Junior, más conocido como Indiana Jones. El famoso arqueólogo, que bebía de diferentes fuentes como el explorador Percy Harrison Fawcett o el Charlton Heston de El tesoro de los Incas del que copiaría su indumentaria, supondría una renovación del género de aventuras en el cine, marcando un antes y un después para un buen número de niños. Muchos fueron los que quisieron aprender Óbito para poder salir de situaciones incomodas con esa tribu y otros cuantos los que se decidieron de forma temprana por estudiar arqueología. Pero mientras que aquellos impulsos se desvanecerían tras el estreno de alguna otra película o las inclemencias de la adolescencia, dos amigos no flaquearían en su empeño de emular las aventuras de su héroe.

La impresión recibida por Chris Strompolos y Eric Zala fue tan grande que decidieron, como solo deciden las cosas los chicos de doce años, que rodarían íntegramente la primera aventura de Indiana Jones respetando cada plano y secuencia. El primer escollo que tuvieron que superar fue que En busca del arca perdida no se editó en vídeo hasta años después, por lo que tuvieron que asistir al cine de su localidad el par de veces que les permitía su asignación para luego pasar un verano recreando el storyboard y el guión que seguirían en su proyecto.

Su aventura se alargaría durante los siguientes siete años en los que Zala y Strompolos superarían un sinfín de contratiempos técnicos pero sobre todo el evidente deseo de abandonar una idea de infancia. El rodaje llegó a pararse durante un año por un lío de faldas. Pero volvieron al mismo tras el estreno de La última cruzada. Aquella era su aventura.

Se repartieron todas las funciones propias de un rodaje en el que gastarían cerca de 5000 dólares y en el que embarcarían a un buen número de amigos y vecinos. Zala haría funciones de director mientras que Strompolos se reservó el papel de productor y actor principal, dando vida al Dr. Jones.

Dado que la grabación de las escenas no se hizo de forma cronológica, los cambios lógicos del salto entre la infancia y la adolescencia se harían más que evidente en el producto final, lo cual no evitó que el film se estrenase en el auditorio de una planta de Coca Cola.

 

Raiders of the lost ark: The adaptation, tuvo un segundo estreno en el año 2003 cuando el productor, actor y director Eli Roth encontró una copia en la Escuela de Cine de la Universidad de New York. Unos ya no tan jóvenes Strompolos y Zala acudieron en honor de multitudes a un estreno que finalmente les permitió conocer a Steven Spielberg y George Lucas, haciendo realidad un sueño de infancia que muchos querríamos haber protagonizado. 

Pero la historia no acaba aquí. La escena del avión no fue rodada por Zala y Strompolos ya que las dificultades técnicas eran tan grandes como la posibilidad de que hacer volar una miniatura fuese demasiado cutre. En el año 2003 los dos amigos se volvieron a reunir y mediante una campaña en Kickstarter lograron la financiación para rodar aquella escena que pondría punto final a su Raiders of the lost ark: The adaptation.

Nota: Esta pequeña y apasionante historia tiene su ampliación en el documental del año 2015 Raiders! The Story of the Greatest Fan Filmever Made.