El parque de atracciones que hubiera maravillado a Tim Burton
/La modernidad (también) acabó con una gran parte de la imaginación en forma de atracciones fantásticas, extraños y hermosos diseños y arquitecturas surrealistas. En 1911, concretamente el 25 de mayo, en el parque de la Ciutadella de Barcelona, se inauguró el parque Saturno, que pretendía imitar al Luna Park, que desde 1903 funcionaba en Coney Island.
El nombre de las disparatadas atracciones que ofrecía era fantástico: al entrar, podías ver el Witching Waves, que era una impresionante pista de coches de tales dimensiones que allí se disputó la prueba atlética de los ochocientos metros lisos. Luego podías entrar en la pista de patinaje, los grandes toboganes, la función del Pim Pam Pum (también conocida como «la Taberna de la Destrucción»), el Laberinto de la Escalera Diabólica y, por supuesto, Casa de los Horrores y la Torre Rusa llamada Los Urales. En el gran recinto podías comer en uno de sus muchos restaurantes e incluso ir al cine. La Vanguardia dio cuenta de su inauguración y describió lo que ofrecía: «Los Urales. Montañas Rusas. Water Chutt. Patín siglo XX. Carroussel electrocircular. Aparato de diversiones marítimas. Tiro automático. Próximamente inauguración del Cabaret du Neant. Grandes conciertos por las bandas de los regimientos de Alcántara y Vergara».
El parque Saturno vivió sus momentos de gloria en sus primeros años, pero poco a poco comenzará su triste decadencia. En 1920 contaba con pocos asistentes y los decorados y escenarios languidecían. Ese año cerró sus puertas, lo mismo que hicieron otros tantos negocios de este tipo repartidos por la geografía española. La zona fue objeto de una gran reforma jardinística.
Por cierto, donde una vez estuvo aquel parque que rendía tributo al surrealismo y lo maravilloso, ahora se levanta el Parlamento de Cataluña, la auténtica ¡Casa de los Horrores!