El concurso de belleza que pudo inspirar a Guerrilla Girls


Una década antes de la aparición del colectivo feminista Guerrilla Girls, se celebró un extraño concurso de belleza a la «simio más hermosa del planeta». Las participantes usaron máscaras idénticas a las popularizadas por el grupo activista.

En la imagen aparecida en prensa, Dominique Green, una modelo amateur, come un plátano frente a la cámara, posando victoriosa tras el Concurso de Belleza del Planeta de los Simios, un evento celebrado en Century City (California) en junio de 1972. ¿Century City? Así es, la ciudad ficticia que acogía los decorados de la película El Planeta de los Simios, estrenada en 1968. Por entonces se anunciaba el estreno de la cuarta entrega, La rebelión del planeta de los simios, que no alcanzaría la popularidad ni tampoco la recaudación de la primera.

El Concurso de Belleza de «La rebelión de los simios» (1972). Dominique Green, la ganadora, sujeta el cartel número 2.

El Concurso de Belleza de «La rebelión de los simios» (1972). Dominique Green, la ganadora, sujeta el cartel número 2.

Green sonríe en bikini, instantes antes de portar un cartel con el número 2. A su lado, posan las otras cuatro pretendientes más a la «más hermosa simio del planeta». Además, se llevaba un importante premio, nada más y nada menos que un contrato para participar como secundaria en la secuela, La batalla por el Planeta de los Simios, que se estrenaría al año siguiente. Poco después, en enero de 1973, a los fans se les repartió gratuitamente un falso periódico promocional de cuatro páginas, el San Simian Sentinel, que en su segunda página advertía que todas las participantes del concurso «llevaban bikinis o pantalones cortos, ¡pero sus cabezas están cubiertas con idénticas máscaras de simios!», al tiempo que mostraba la imagen de la ganadora.

Green junto a otra participante durante el concurso

Green junto a otra participante durante el concurso

La idea surgió de Gary Owens, un famoso locutor de radio de la KMPC, junto con la actriz Paula Crist, que se involucró en la Convención Mundial de Ciencia Ficción celebrada en Los Ángeles al poco de estrenarse la exitosa película y que aparecería en la siguiente película de la saga. Crist fue quien sugirió que podría usarse la imagen de modelos que aparecerían en ropa interior o bikinis pero con sus rostros ocultos tras máscaras de simios. Quizás pensó en King Kong, en la bella y la bestia, en antiguos mitos, pero también en los personajes femeninos de la película.

San Simian Sentinel (1973)

Guerrilla Girls. V&A Museum, Londres

Guerrilla Girls. V&A Museum, Londres

«El concurso de belleza celebrado años antes, ahora adquiría otra dimensión, una subversión de la imagen de la mujer como objeto y reclamo, una decidida reapropiación guerrillera del simio, del gorila salvaje»

Más de una década más tarde, en la costa este de Estados Unidos, aparecieron réplicas, al menos en apariencia, de Dominique Green y el resto. En 1985, en Nueva York surgían Guerrilla Girls, un colectivo artístico anónimo de artistas feministas y antirracistas que usarían tácticas propias de la por entonces novísima «Guerrilla de la Comunicación», inspirada en la broma política, los situacionistas y el arte performativo feminista de los setenta. El concurso de belleza celebrado años antes, ahora adquiría otra dimensión, una subversión de la imagen de la mujer como objeto y reclamo, una decidida reapropiación guerrillera del simio, del gorila salvaje.

Sus primeras acciones fueron colocar carteles y hacer apariciones públicas en museos y galerías de Nueva York, para denunciar que algunos grupos de personas eran discriminados por motivos de género y raza principalmente. Todo esto lo hicieron de forma anónima: en sus apariciones, cubrieron sus rostros con máscaras de gorila, prácticamente idénticas a las popularizadas por el Planeta de los Simios. En realidad, lejos de hacer una reinterpretación en clave feminista de la película, explotaban aquella imagen agresiva e impactante a partir de un equívoco: la pronunciación casi idéntica entre «guerrilla» y «gorilla», casi como una evocación a la distopía del original, esa que comenzó con una expedición y unos astronautas que llegaban a un extraño planeta. Instantes antes, uno de ellos, desesperado, afirma que «en alguna parte del universo tiene que haber algo mejor que el hombre». Así es: gorilas.