El lenguaje secreto de los hobos


Los legendarios vagabundos y buscavidas estadounidenses tenían su propio lenguaje cifrado, decenas de símbolos que usaban entre ellos para advertir de la presencia de policías, caminos peligrosos o donde encontrar comida

 

[Vía Flashbak | Fotografías Library of Congress]

En 1972, el diseñador industrial estadounidense Henry Dreyfuss (2 de marzo de 1904 - 5 de octubre de 1972) publicó The Symbol Sourcebook, A Comprehensive Guide to International Graphic Symbols. Esta base de datos visual de más de 20.000 símbolos proporcionó un estándar para los diseñadores industriales de todo el mundo. Incluyó una sección de 60 signos de vagabundos, utilizados por «hombres y mujeres de la clase trabajadora que viajaban en tren para comunicarse entre sí durante la Gran Depresión, a finales del siglo XIX y principios del XX». El hobo, un vagabundo habitual en Estados Unidos a finales del siglo XIX y comienzos del XX, fue popularizado por la música o el cine, como buscavidas por excelencia, siempre dispuesto a tomar un tren en marcha, dormir en un granero o formar grupo con otros como él, mientras eran incesantemente perseguidos por la policía y matones de todo tipo. Ben Reitman escribió: «Llegaban sucios, desaliñados y con los pies doloridos pero siempre traían consigo la alegría de una vida despreocupada y alejada del resto del mundo».

Jules J. Wanderer, en su artículo de 2001 «Embodiments of bilateral asymmetry and danger in hobo signs», afirmó que que una de las formas en las que funcionaban estas señales era aprovechando la tendencia natural del cerebro a inclinarse por la derecha antes que la izquierda. Por ejemplo, los caminos, las carreteras o los senderos no estaban marcados con palabras que indicaran que eran «direcciones preferidas» para viajar o lugares que debían evitarse. En su lugar, los objetos se marcaban con señales de vagabundo que diferenciaban discursivamente los caminos y las carreteras representándolos en términos de asimetría bilateral, con las direcciones hacia la derecha, por encima de las de la izquierda.

Escribían este código con tiza o carbón en vallas, postes, aceras, edificios, estribos de puentes o equipos laterales de la línea de ferrocarril para dar indicaciones, información y advertencias a otros vagabundos. Algunas señales incluían «gire a la derecha aquí», «cuidado con la policía ferroviaria hostil», «perro peligroso», «comida disponible aquí», etc. Puede haber una o más señales que den el mismo mensaje o, a veces, puede haber significados ligeramente diferentes para una señal. Esto puede explicarse por el hecho de que pueden haberse utilizado en zonas muy diferentes del país.  Al igual que una lengua hablada tiene sus propios dialectos y palabras para diferentes zonas, con una lengua de signos sucedería lo mismo. Antes que ellos, los tramperos ya usaban su propio código. Es posible que los primeros hobos tomaran la idea de estos.

En Europa, vinculado al argot del hampa, los apaches franceses tenían un código secreto muy parecido, que dibujaban en la entrada de casas o en paredes.