Jesucristo bizarro: el predicador ventrílocuo que soñó con ser caníbal


Desde los años cincuenta son célebres los evangelistas ventrílocuos, lo mismo que los espeluznantes y siempre moralizantes espectáculos de marionetas ultracristianos. Ronald Brown, condenado a veinte años de prisión, fue uno de ellos

 

Tuvo sus raíces en los años veinte, justo con la crisis económica, la Gran Depresión y la proliferación de toda clase de cultos evangélicos que prometían la salvación y proclamaban el advenimiento inminente del Final. Muchos predicadores, algunos de ellos verdaderos apologistas de la mala vida, recorrieron la América profunda llevando el mensaje del Señor a los más pobres. Algunos no lo hicieron solos. En muchos de estos lugares existían pocas diversiones y la llegada de un circo o de un predicador eran grandes acontecimientos. Sin embargo, esta oleada de evangelización encontró su apoyo con la aparición de ventrílocuos cristianos, algunos de los cuales llegaron a ser muy buenos en su oficio. En boca de sus compañeros inanimados las palabras de los profetas sonaban mejor, sobre todo a oídos de los más pequeños.

Uno de los primeros muñecos utilizados por los predicadores ventrílocuos

Uno de los primeros muñecos utilizados por los predicadores ventrílocuos

El muñeco-predicador «Erik»

El muñeco-predicador «Erik»

Muñecos y material de ventriloquía de Katheryn Rea

Muñecos y material de ventriloquía de Katheryn Rea

No resultaban terroríficos, aunque hoy en día, algunos de estos ejemplares y sus dueños sí lo sean. Los primeros fueron vistos en esos años, pero no fue hasta los años cincuenta, con la aparición de la televisión y el desarrollo de una mayor y más sofisticada industria del espectáculo, cuando los ventrílocuos cristianos se hicieron famosos. También proliferaban los títeres cristianos, que también surgieron a mediados del siglo veinte en Estados Unidos, donde se vivió una verdadera «fiebre del títere predicador».

 

EL CIRCO DE TÍTERES HA LLEGADO

 

Al mismo tiempo que los ventrílocuos, los circos de títeres cristianos recorrían ciudades y pueblos y salían en televisión. Los evangelistas, disputándose a los más jóvenes, no quisieron quedarse atrás y comenzaron a idear personajes e historietas cada vez más moralizantes. Se ensañaron con el alcohol y las drogas, con el rock and roll y los jóvenes. Los muñecos de ventriloquía eran exhibidos y actuaban en shows de predicadores. Existen anualmente festivales de títeres cristianos, así como grandes empresas que fabrican y comercializan muñecos, como One Way Street, que también organiza festivales regionales y un festival mundial (I-Fest), que dura una semana entera.

También hay numerosos ventrílocuos cristianos. Uno de ellos es Steve Borgan, que suele hacer giras acompañados de sus creaciones parlantes capaces de recitar de memoria el evangelio. Sin embargo, hay uno de ellos que se ha convertido en el más terrorífico de todos, en un nombre infame: Ronald William Brown, un creador de muñecos y fanático cristiano de Largo (Florida) que fue acusado y condenado por posesión de pornografía infantil y por planear el secuestro y posterior «canibalización» de un niño de su comunidad.

EL MUÑECO «MARTY» Y SU DUEÑO CANÍBAL

«Lo tenían todo planeado para su inminente secuestro. Incluso tenían pensado cómo acabarían con su vida y, posteriormente, comerían su cuerpo. Todo bajo la atenta mirada del muñeco “Marty”»

Brown, de 58 años, era célebre por ser el dueño de Puppets Plus, una empresa de muñecos. Además, participaba regularmente en un programa infantil de la Christian Television Network en el que actuaba junto a su estrella infantil, su muñeco «Marty», que incluso llegaba a advertir de los peligros de la pornografía. Tras ser detenido fue encarcelado y condenado a veinte años de prisión. Pertenecía a la Iglesia de la Costa del Golfo en Largo y tenía un ministerio de títeres en la escuela dominical para entretener a los niños con problemas mientras sus padres escuchaban el sermón. En el proceso, se demostró que tanto él como su cómplice, Michael Arnett, planeaban secuestrar a un niño miembro de la iglesia al que habían conocido por su participación en el programa de Brown «Puppet Ministry Kidz Zone». Lo tenían todo planeado para su inminente secuestro. Incluso habían pensado cómo acabarían con su vida y, posteriormente, comerían su cuerpo. Todo bajo la atenta mirada del muñeco «Marty»

El ventrílocuo Ronald Brown, durante uno de sus shows, y su muñeco «Marty»

El ventrílocuo Ronald Brown, durante uno de sus shows, y su muñeco «Marty»


Brown y su muñeco «Marty»: