Jesucristo crucificado: los hermosos esqueletos de Benedetta Bonichi


Hace más de un siglo la radiografía fue como ver la muerte. La artista Benedetta Bonichi muestra nuestra vida cotidiana: sexo, comida o deportes y la muerte, en forma de radiografías impactantes, que nos «iguala». Incluso un Jesucristo crucificado

[Vía Juan David | De lo bizarro, lo raro y lo bello]

La serie de radiografías de Benedetta Bonichi (Italia, 1968) realizadas en 1999, un Vanitas contemporáneo para esta era del Selfie y del Diazepam. Atravesar con la mirada los cuerpos que danzan en el sueño de la existencia, cortar lo aparente de un tajo, y adentrarse en la oscuridad impenetrable que se esconde tras el telón.

Hija del pintor Claudio Bonichi, Benedetta desarrolla su obra en diferentes disciplinas. Aún siendo sus radiografías su obra más famosa, en las que emula la estética de las primeras placas de rayos X de principios del siglo pasado, su obra fotográfica y escultórica ahonda de forma implacable en los mismos temas: la gestualidad humana vaciada de todo envoltorio carnal y reducida a nuestra mínima expresión física más clásica, el puro hueso.

Puedes disfrutar de su trabajo aquí:

http://www.toseeinthedark.it