Monopolitoxicómanos: la jugada maestra de Gilbert Shelton
/El mismo año en que el presidente Nixon declaró la “Guerra contra las drogas”, el dibujante de comics e ídolo contracultural Gilbert Shelton se sacó de la manga un juego de mesa para porreros que se burlaba del sistema capitalista. Poco a poco, los jugadores fueron subiendo la apuesta, emulando a los narcotraficantes que cruzaban la frontera con México sin necesidad de moverse del salón.
Aunque llegó a comercializarse una versión del juego, Feds 'n' Heads vio la luz en la sección de pasatiempos de la revista Playboy en septiembre de 1971. Si quieres completar la experiencia que te proponemos en este artículo, puedes descargar e imprimir tu propio tablero, las tarjetas y las fichas que un grupo de fans de Los fabulosos Freak Brothers han puesto a tu disposición de forma gratuita a través de este enlace.
«Si lo prefieres, puedes fabricar tu propio dinero con pedazos de papel o conseguir todo lo que necesitas tomándolo prestado del Monopoly»
¿Flipante, eh? También es divertidísimo y puede resultar adictivo. Entre calada y calada, Shelton simplificó las reglas del Monopoly para que sus potenciales jugadores no perdieran el hilo y pudieran dejarse llevar por las risas y el humo. En lugar de las habituales “Cartas de Suerte” y “Caja de Comunidad”, podemos desternillarnos con las ocurrencias de sus "Weird Trips" y "Burns, Busts, Bummers & Ripoffs", que podríamos traducir a la jerga fumeta como “Paranoias” y “Vaciles, Redadas, Fastidios y Estafas”. De hecho, su mecánica es tan sencilla que puedes empezar a jugar siguiendo este reglamento reducido:
1. Para empezar a jugar, necesitarás un par de DADOS, una FICHA y 100 dólares para cada jugador, más varios cientos de dólares para la banca, ya sea DINERO falso o real, en montones de uno, cinco, diez y veinte pavos. Si lo prefieres, puedes fabricar tu propio dinero con pedazos de papel o conseguir todo lo que necesitas tomándolo prestado del Monopoly.
2. El GANADOR será el primer jugador que, moviendo su ficha en cualquier dirección del tablero (excepto si son calles de sentido único), logre PILLAR UN KILO DE HIERBA (35 onzas o “dósis”) y regresar a CASA con él. (Con cuatro jugadores, esto suele llevar un par de horas; para una versión más corta del juego, puede reducir el número de onzas a 25 o 30). Para llevar un registro de los puntos puedes utilizar clips, cerillas o, si lo prefieres, porros de verdad.
3. La hierba (grifa, cáñamo, marihuana, etc…) se adquiere aterrizando directamente en una casilla concreta y puedes COMPRAR el límite de onzas que indique su número. Para saber cuánto PAGARÁS por onza, tira los dados nuevamente y paga esa cantidad en dólares.
4. Uno de los jugadores será el GORDO BANQUERO y acaparará el resto del dinero que no está en juego. Cada jugador comienza la partida con 100 dólares y cada vez que pase por su casa cobrará 50 dólares de la Banca. En este momento, también puede ESCONDER su alijo para que no se lo roben durante la partida.
5. Si caes en el misma casilla que otro jugador, le tienes que dar una de tus onzas.
6. Si caes en la CÁRCEL, puedes salir gratis en el próximo turno si sacas un doble con los dados. De lo contrario, te costará 50 pavos o cinco onzas.
El tablero venía enrollado en un tubo diseñado para parecerse a un gran porro y las fichas que representan la droga en una bolsa de plástico
Debido al éxito cosechado entre los consumidores habituales que alegaban su uso con fines lúdicos, las imitaciones no se hicieron esperar demasiado. Ese mismo año, Brown Bad Enterprises, una “empresa fantasma” de Berkeley, lanzó SCAM: The Game of International Dope Smuggling. En esta ocasión, el objetivo es comprar mercancía para luego enriquecerse distribuyéndola por todo el mundo. Para ello, basta con hacer rodar los dados y moverse alrededor de un colorido tablero dibujado a mano que nos permite viajar a Nueva York, Afganistán, México, América del Sur y hasta el planeta Urano. Por si fuera poco, el tablero venía enrollado en un tubo diseñado para parecerse a un gran porro y las fichas que representan la droga en una bolsa de plástico.
Poco a poco, los jugadores fueron subiendo la apuesta, emulando a los narcotraficantes que cruzaban la frontera con México sin necesidad de moverse del salón
En comparación, el tercer ejemplo de la fiebre drugsploitation resulta menos ambicioso: el objetivo de Beat the Border es comprar alijos a diferentes proveedores (con nombres tan “exóticos” como Edwardo, Renaldo, Papas, Pepe y José) e intentar cruzar la frontera de México para distribuir la mercancía en las principales ciudades de los EEUU. Si no quieres acabar entre rejas o volver a la casilla de salida, deberás evitar a los federales y hacer buen uso de las cartas especiales para contratar un abogado, una identidad falsa o sobornar a las autoridades aduaneras.
Para ayudar a los jugadores más novatos, el juego incluía una tabla de precios para la compra-venta por marihuana que certifica los lucrativos efectos de la inflación en el auge actual del mercado. Si en 1972 se cotizaba a 350 dólares el kilo, en la actualidad supera los 2.000 euros. Tal vez por eso, los autores del juego decidieron curarse en salud e incluir la siguiente advertencia sobre la tapa: «El camello de tu barrio te recuerda amablemente que fumar marihuana va en contra de la ley y puede hacer peligrar tu libertad».