¡Mujeres, a las armas!
/Una selección de llamamientos, carteles y bandos dirigidos a las mujeres durante la Guerra Civil por parte del movimiento revolucionario: de «heroínas del frente» pasaron a ser «heroínas de la retaguardia»
Las milicianas, desde el momento del golpe fascista, fueron mitificadas por republicanos y anarquistas. Se convirtieron en un símbolo de la resistencia feroz contra el fascismo, pero la situación cambió con el control del ejército y las milicias por los comunistas y estalinistas. Fueron vistas en los primeros días, armadas y en grupos, pero poco a poco fueron desapareciendo. No así en la retaguardia, donde se encargaron de tareas auxiliares de soporte y asistencia. También eran las encargadas de controlar los abastecimientos de víveres, armas y municiones. La división sexual del trabajo también permaneció en el frente. A las mujeres se les asignaban tareas como preparar la comida, lavar la ropa a los soldados y labores sanitarias. Aunque muchas milicianas quisieron romper con las tradicionales asignaciones de tareas domesticas, las imposiciones de supuestas diferencias de género estuvieron presentes durante toda la guerra. La igualdad parecía haberse detenido. De «heroína del frente» se pasó a su glorificación propagandística como «heroína de la retaguardia».
Esta selección de llamamientos, carteles y bandos relativos a la situación de la mujer en zona republicaba, ejemplifica en muchas ocasiones la importancia de la movilización de las mujeres, pero también la condescendencia con las que eran tratadas desde el gobierno republicano.