Ni las leyes ni la sharía podrán con nosotras
/En Malasia, país mayoritariamente musulmán y donde se aplica la sharía, las chicas reclaman su espacio en el punk.
Según datos oficiales, el 60,4% de los malayos son musulmanes, 19,2% budistas, 9,1% cristianos, 6,3% hindús, 3,0% confucianistas, taoístas, y de otras religiones tradicionales chinas. La Constitución de Malasia establece que todos los malayos están obligados a ser musulmanes.
El Gobierno prohíbe la publicación de cualquier texto que pueda fomentar la división o la discordia entre las diferentes razas y religiones. A pesar de todas estos datos, la escena punk malaya cuenta con una longeva existencia, surgiendo casi al mismo tiempo que la explosión punk inglesa. Según Joe Kidd, periodista en The Sun y pionero punk en Malasia, los primeros punks malayos comenzaron a verse alrededor de 1978 en las provincias de Terengganu y Kelantan.
Luego, al igual que en en buena parte del mundo, el fenómeno se extendió y generalizó. Surgieron bandas, pequeños sellos do it yourself o pequeñas publicaciones y fanzines, como Aedes, dirigido por el mismo Joe Kidd, o Vortex From The East realizado por el activista punk Ajizz. El movimiento skinhead y el straight edge (Last X Minute son una conocida banda hardcore sxe) son cada vez más fuertes, organizando sus propios festivales y giras. Recopilatorios actuales de bandas de hardcore malayo como United Front. A Malaysian hardcore punk compilation volume 1, recogen la nueva oleada imparable de bandas.
Las chicas punk malayas también reclaman su espacio en una escena mayoritariamente masculina. Por supuesto, la presión social sobre las chicas punks es infinitamente mayor en un país tan conservador cuyo gobierno fomenta la difusión del islam suní y cualquier enseñanza que se aparte de la doctrina suní oficial es ilegal.
Tampoco se permiten otras formas de islam. A comienzos del 2015, se decretó la prohibición de la entrada con falda a los edificios públicos. Su primer ministro, para justificar la medida, afirmó que «el Corán debería ser la guía para todas las políticas y acciones gubernamentales». Malasia presume de ser un país con amplia tradición «democrática», en comparación con otros lugares en Asia, pero la situación de la mujer es represiva. Igualmente, las adúlteras pueden ser azotadas si un tribunal islámico así lo determina. El sistema jurídico está dividido en dos ramas: tribunales civiles (laicos) y tribunales sharía, que tienen jurisdicción exclusiva para la administración de las leyes islámicas. Por ley, ningún miembro de la etnia malaya puede renunciar al islam.